Vinos...

Pero no todo es política en la vida...

Supongo que siendo domingo, esperaréis que hable de rollos, borracheras, excesos y esas cosas; pero no. Mi sábado tuvo un toque selecto, con el consiguiente gasto que eso conlleva. Pero mereció la pena.

Lo habitual, no os lo voy a contar; pero la hora de cenar tuvo un gusto diferente y entre platos de foie, tortillas variadas, croquetitas y demás piscolabis... me dieron la oportunidad de degustar los ricos caldos que las bodegas más importantes de España producen.

No es que yo sea un enólogo profesional. La verdad, es que yo siempre he sido de Crianza y si es con denominación de origen "Rioja", mejor. Los vinos de "Toro" me parecen muy fuertes y los "ribera de Duero" son tan variados y diferentes, que es dificil concretar... Pero no sé de taninos, variedades de uva, sulfitos, lagrimales ni aromas; Sé lo que me sabe bien y punto.

Y como a medida que cumplo años, el matarratas me sienta peor y valoro más comedidamente el recorrido del contenido de las copas, me voy a permitir el lujo de recomendaros unos vinos, por si os apetece catarlos, o por si, simplemente, queréis quedar bien cuando vais de invitados y no sabéis de que forma contribuir a mejorar la comida/cena.

Supongo que todos conocéis el Cune, el Coto, el marqués de Cáceres... yo siempre he sido de Beronia (la de satisfacciones que me dio aquella caja del 2004...); pero se ve, que hay vida más allá de la Rioja:

Y como botón; tres ejemplos: descubrí el Proto; un ribera de duero espectacular; y el ánima negra 2; impresionante vino de Felanix (Mallorca); y en cuanto a blancos, mi paladar quedó encandilado con el San Valentín; un vino joven con denominación de origen catalana, ideal para pescado (ya sabéis...);

A partir de ahí, no puedo daros más pistas; mi falta de costumbre o mi inexperiencia hicieron que en lugar de catar, degustara; y me gustó tanto que bebí demasiado; y ya sabéis... se me fue de las manos, o de la boca, más bien. Por lo que me decían, tengo buen gusto; pero éso es tan relativo y subjetivo, que no me las voy a dar de listo. Más que nada porque reconozco que no tengo ni puñetera idea.

Eso sí; tanto vino me evocó los tiempos mejores en los que paseaba por la calle Laurel de Logroño disfrutando de la gastronomía riojana y sus exquisitos vinos. Recordé que tengo que volver y me da que no voy a tardar demasiado en volver a probar los "cojonudos", los champis, los morunos... los vinos y los tequilazos de la noche logroñesa. ¡Qué gran gente la de esa ciudad!

Y como no estar allí amilana un poquillo mis latidos, os recomiendo "el sonido de mi corazón" de los Niños Mutantes.

Salu2

Feliz siesta...

y nos vemos mañana.

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