Risoterapia;

- Papá estoy embarazada.
- Hija mía, pero ¿dónde tenías la cabeza?
- En el volante del coche ¿por qué?

Se supone que es un chiste...

Yo nunca he tenido gracia para estas cosas; Tengo la suerte o la desgracia de que mi rapidez mental se basa, principalmente, en la exageración, la ironía y el sarcasmo que, por desgracia, no tiene cabida entre las mentes "cortas" (o llamémoslas, mejor, "diferentes" para no crear polémicas) de muchos de los que me rodean; supongo que un chiste de Chiquito o los morancos, o una imitación de Latre o José Mota les hace más gracia;

Lo de pensar demasiado no está de moda; o igual es que soy yo el que tiene la gracia en el culo...

Hay muchas formas de divertirse y, por suerte, yo no vivo de hacer reír a la gente; aunque sí que es verdad que muchos se ríen de mí o conmigo. Lo que me hace intuir que la primera lección del humor es aprender a reírse de uno mismo. Y no hablo de caricaturizar a nadie, ni centrarse en determinados defectos para soltar, uno detrás de otro, los manidos chistes que siempre salen en los momentos menos indicados.

Lo que me lleva a la segunda lección: nunca te rías de los defectos de otro; lo puedes hacer sarcasticamente, o habiendo pedido permiso, o sabiendo que el ser que criticas tiene autoestima suficiente para sobrellevar los "insultos", o porque te han tocado los cojones y quieres devolverle el insulto de forma sutil; pero aunque los chistes de gordas, gangosos o Leperos tienen gracia, a veces, hay que saber utilizarlos de la manera correcta y en el lugar indicado;

Por ejemplo: En cierta ocasión una de esas chicas de cintura ancha, sí sí, de esas que si fueran tus amigas definirías como: "es muy simpática y agradable" por no entrar en detalles físicos... una gorda vamos; pero ésta aparte de retener líquidos, retenía inteligencia no sé donde; y se me acercó con su depurado olor a sudor y me dijo, ante la mirada de sus amigas (que pretendían echarse unas risas a mi cuenta) con un tono más que desagradable: "córtate el pelo"; Ella esperaba la reacción de un "rubito guapo" sin cerebro... pero me pilló en mal momento, me giré y le contesté: "chica, lo mío, yendo a la peluquería tiene solución; lo tuyo no lo arreglaría ni el mejor cirujano plástico de la tierra"... me pasé, sí. Lo merecía, posiblemente no; pero la viable risa se convirtió en amago de llanto, con el consiguiente reproche por parte de las que pretendían reírse desde la distancia;

Si llevo el pelo largo y despeinado es porque me apetece, y defectos tengo muchos... si hay confianza puedes meterte con los que te apetezcan... pero luego no te enfades si yo hago lo mismo. Si quieres reírte busca una fórmula en la que tu carcajada no provoque heridos (ni leves ni graves).

La tercera lección es seleccionar el espectáculo adecuado a tus espectativas de humor; Si ves "el club del chiste", el programa de los morancos o de Cruz y raya... es posible que apenas tengas dos ocasiones de reírte en una hora; Y si buscas humor inteligente... no vayas a ver a Arévalo,al señor Barragán, a Juanito Navarro o a todos esos que repiten chistes que has escuchado un millón de veces. Y, al revés, no caigas, tampoco, en el absurdo de pagar 20 o 30 euros por hacerte el guay viendo a Faemino y cansado o a les luthiers... porque hay sutilidades que es mejor dejar pasar y la risa forzada o la que te contagian los demás no tiene el mismo efecto ni la misma intensidad que la que te han provocado: Ya sea con una tontería, un gesto, un sarcasmo humorístico o lo que sea.

La cuarta lección es no descartar los clásicos; porque mira que los clown, monologuistas, presentadores de televisión, etc. Se esfuerzan en buscar nuevos métodos de provocar carcajadas; y al final, un pedo en la situación adecuada, una retahíla de improperios o un chiste tipo el de : "pero ¿qué cocaína ni qué cocaína?" tienen más éxito que cualquier elaborado guión;

Y la quinta y última lección es la predisposición; Y para eso no hace falta ir a un teatro ni poner la tele; La risa debería ser una actitud ante la vida; una forma de evitar que la amargura colapse tu existencia, un desahogo barato y eficiente y más en los tiempos que corren;

Dejar la crispación y si lo que os rodea no os hace gracia tirar de clásicos (Tip y coll, Gila, Eugenio, Chaplin), buscar la desconexión que os brindan Faemino y cansado, muchachada Nui, o Gomaespuma, ver "la vida de Bryan", "la cena de los idiotas" o "el astronauta"... o simplemente miraros al espejo y buscar la parte divertida del reflejo que observáis;

Yo me río para adentro y fuera, sólo saco pinceladas de ironía y exageración, normalmente, en momentos poco apropiados... supongo que es porque considero que no hay un tiempo acotado para el asueto y la desconexión; o quizá sea que vivo inmerso en un curso de risoterapia que ni siquiera cuando las cosas me van mal, se acaba; Ojalá más gente viniera conmigo a esas clases...
a reírse de la vida;

Si fuera por humor absurdo, os debería recomendar alguna canción del primer "disco" de Manolo Cabezabolo, si nos ponemos serios y valoramos la ironía... podéis escuchar algo de Javier Krahe; pero si es por reírse... a mí la que más risotadas me provoca es "la sevillana del borracho" de los mojinos escozios;

Salu2;

No olvidéis el paraguas

y nos vemos mañana.

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