Olé;

La Unesco fue justa y el flamenco ya forma parte del patrimonio inmaterial de la humanidad. Espero que el mundo sepa degustar el arte, la dieta mediterránea, el trabajo en equipo (tan en desuso) de los castells y el cant de la sibil que, aun siendo un elemento con tintes religiosos, me maravilló conocerlo anoche; Espero que catalanes, valencianos recuperen esta tradición ancestral, porque las Iglesias suelen ser sitios con una acústica inigualable y si no fuera por culpa de los intransigentes párrocos, cantar allí, sería un placer para el que lo hace y el que escucha.

Salu2.

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