Antes de que el Apostol tiña de rojo el lunes en el calendario, disfrutemos de este domingo con sabor a sábado...
Ayer Amy Winehouse entraba en el club de los 27 mientras Cadel Evans demostraba que todo esfuerzo tiene su recompensa aunque éste llegue cuando menos te lo esperas. Si me hubiera suicidado hace 4años posiblemente "romper con todo" o "vueltas" serían hits eternos y todos los que ahora me "odian" creerían que no soy tan horrible. Pero, por suerte, tengo un sinfín de afectividades que me impiden ser cobarde y me demuestran que muerto no habría escrito este blogg, ni hubiera conocido a Mar, ni hubiera ampliado mi repertorio de canciones y de poemas, ni hubiera conocido a mis sobrinas, ni hubiera sido tan amigo de unos y tan "sin más" de otros que supuestamente tanto me querían... así que: lo siento por la Winehouse porque como decía Bertrand Russel: "Temer al amor es temer a la vida y los que temen a la vida ya están medio muertos". Amy llevaba desaparecida años. Ajena a rehabilitaciones, consejos y posiblemente saturada de esa fama que desde bien jovencita creyó merecer pero una vez inmersa en la vorágine del triunfo se vio superada como Morrison, Janis, Cobain y tantos otros que tampoco pasaron de los 27años.
Con esa misma edad, Cadel Evans se veía capaz de superar a Armstrong, de ser un superman tipo Indurain o Merx... pero ni pudo con el "strong" americano, ni con el oportuno pedaleo de grandes ciclistas mediocres como Sastre o Pereiro, ni con Contador. Se le tachó de conservador, de amarrategi, de aprovechado, de no ser un superclase, ni ser merecedor de entrar en ese Olimpo que viste de amarillo sólo a los que son capaces de mantener el tipo y tener suerte durante 21 días seguidos. Muchos pensaron que el maillot arcoiris era su premio a la constancia de una carrera sin triunfos reseñables. Pero no. La perseverancia tiene premio y quizá por eso el australiano callará todas esas bocas críticas subiéndose esta tarde al podium de Paris. Para triunfar hay que saber ser fuerte y levantarse cuando las cosas no van como esperabas, o cuando te decepcionan, o cuando otros se llevan las alabanzas que tú creías haber merecido.
Este mundo no está echo para los débiles. Y sí, los que dejaron un bonito cadáver jóven son recordados como mitos, pero se perdieron el placer de degustar esa felicidad completa que, seguramente, nunca llegaron a catar. Yo disfruto enormemente con la voz desgarrada de Joplin, con los punteos de Hendrix, con las provocativas letras de Morrison y con la música de Nirvana. Pero los personajes, como tal, solamente me dan pena, porque pasar a la historia por sus trágicas biografías no hace más que darme alas y entender que, a pesar de todos los reveses que la vida me depare, he tenido la suerte de disfrutar de buenos momentos que guardo en mi retina como oro en paño.
Hace unos años me reí de una recomendación: Dos palabras que te abrirán muchas puertas: "empuja" y "tira". Hay demasiada gente que tiene miedo y se queda al otro lado de la puerta, rendido, drogado, borracho y sin luchar. Yo prefiero la actitud de Cadel Evans, porque más vale triunfar una vez o acabar consiguiendo tu objetivo de una manera digna, que vivir rápido, y sin enterarte, tu vida en apenas 5 o 6 años.
Si la metereología lo permite, esta tarde me subiré solo por primera vez a un escenario, y emprenderé la carrera de un nuevo grupo con nombre de rompecabezas. Me gustaría pensar que el amor me espera con resaca de cansancio en una esquina no muy lejana y que tendré un futuro normalmente feliz y tranquilo y que escribiré cientos de post, twitts, canciones y poemas y que me emborracharé un montón de veces... pero sino, dure lo que dure, que sepáis que me encanta que mi vida haya sido como ha sido. Cosa que, seguramente, ni Amy, ni Janis, ni los Jimm´s, ni Kurt, ni Sid, ni Marilyn, ni muchos otros, por desgracia, podrán decir.
Como hoy twitea La bien querida: "a mí Amy me parecía una artistaza toda ella. No como la Gaga que me parece bastante payasa". Al menos, la segunda tiene la posibilidad de resarcirse de sus payasadas...
Salu2
y nos vemos mañana.