Egoísmo globalizado;

Hay derrotas y derrotas...

Hundiéndome en un vaso de agua, llevo demasiado tiempo sin nadar y aunque puedo ser consciente del error que voy a cometer, creo que si no me arriesgo puedo pasarme el resto de mi vida lamentándome.

Podría retroceder a los años 70 y ver como era el mundo antes de que yo naciera; Me gustaría saber si los que vivían entonces eran tan desconfiados, si los bancos tenían la influencia que tienen ahora, si la rareza estaba tan extendida, si el amor libre aún tenía cabida o si el recatado espíritu de la postguerra mezclado con los aires de libertad provenientes del futuro, hacían del morbo un estado gaseoso con el que embriagar el pozo al que van a parar todas las decepciones.

Supongo que entonces luchaban, que entendían el porqué y que el cuando no importaba demasiado. Entiendo que el apego al pesebre que te vio nacer era menor y que costaba poco identificarse con los pastos amarillentos del otro lado de la frontera, que los franceses eran aún más choministas y que Alemania (la república federal) dominaba silenciosamente los dictámenes económicos y sociales de la vieja Europa; Gran Bretaña era, como ahora, una isla aislada en sus propias virtudes y sus fastuosos errores, que los flamencos y los valones coexistían, que los neerlandeses aprendían el placer de las libertades proximamente legalizables, que Luxemburgo, Suiza y Liechtenstein, se mantenían al margen, o a la espera más bien... y era más fácil decir URRS o Yugoslavia que dividirlas en un sinfín de repúblicas independientes...

Entonces, una sola cadena de televisión gestionaba tus particulares gustos; al fin y al cabo uno no puede añorar lo que no conoce, y es curioso que cuanto menos tienes, en lugar de querer más, tengas miedo de perder esa miseria que vale para bien poco.

Supongo que es mejor éso que que tu única aspiración en la vida sea salir en "Gran Hermano" o en "mujeres y hombres", o arriesgar tus fichas rojas a una carrera sin futuro, o a ser futbolista, o a ser el mejor albañil de un país en el que ya no se construye nada nuevo, porque los empresarios inmobiliarios han dejado de ver negocio en eso de especular.

Era mejor que los orientales tuvieran miedo a compartir sus costumbres con el mundo occidental, que los españoles no se plantearan, ni siquiera, la posibilidad de cambiar un tapeo por una cena con rollitos de primavera, arroz tres delicias y pollo con almendras, o de aparcar sus huevo fritos, 600, 124s o Simca miles para comprarse un Toyota o un Daewo;

Y el uno de noviembre era "el día de los santos" y no halloween. Y ese día, sólo las viudas se disfrazaban de negro. Y tu primera novia era tu mujer para toda la vida, y las novedades musicales llegaban de Londres o del otro lado del atlántico en forma de vinilo; Y todo se escuchaba, por obligación, con detenimiento y varias veces y los críticos de todo tenían gusto y eran personas respetables y respetadas, entre otras cosas, porque, a diferencia de ahora, aportaban.

Y era mejor jugar al mus que al póker. Y vivir con ese miedo que la impuesta ejercía sobre cada uno de tus actos. Debía ser divertido masturbarse arriesgándote a quedarte ciego; Temer tener amantes o ponerte un escote prominente, un bikini o una minifalda por lo que pudieran decir tus vecinos. Y que vestir de negro se relacionara con el luto, que por ponerte un chaleco y una camisa por fuera, o por tener la melena más larga que la de tu novia o hermana te hicieras acreedor del adjetivo: Hippie;

Que las multinacionales pagaran aranceles, que Zara no influyera sobre nuestra forma de vestir, o que prefiriera pagar dos duros más por un yogur, porque el beneficio se lo daba a mi vecino y no a los jefes del Carrefour o el Eroski; o Mamut y Prica como se llamaban entonces y a donde acudíamos disfrazados de excursionistas para sorprendernos al probar un chocolate con fresas o un detergente con olor a pino.

Ahora tenemos más cosas y somos más exigentes. Si tenemos mucho queremos más. Pocas cosas nos sorprenden y sólo nos da miedo lo que vemos en los telediarios. Creemos tener gusto y buscamos lo que nos diferencia de los demás... pero somos todos casi iguales, porque todos tenemos el mismo acceso a las cosas que a todos se nos ocurre buscar. Y no hay fronteras ¿para qué? si aparte del idioma y dos o tres costumbres adquiridas nada nos diferencia.

No, yo no me creo eso de que: "cualquier tiempo pasado fue mejor"; Lo único bueno de aquellos años era que la elección era personal y estaba mucho menos influenciada que todo lo que decidimos ahora. Me da la sensación que nos quedamos sólo con la parte mala de todo lo que degustamos, buscamos el placer inmediato, la gratificación que menos esfuerzo nos requiere y la infelicidad que nos provoca aspirar a lo que nos ponen en bandeja y en realidad no es tan accesible como nos lo quieren hacer ver.

Y lo peor, es que todos caemos y, aún sabiéndolo, seguimos jactándonos de nuestra diferencia con todo lo que nos rodea. Fardamos de ser algo que no somos, mostramos la parte buena y ocultamos las carencias, las penurias y los miedos, por el pavor que nos da no ser aceptados. Y cuando no lo somos, cuando no cumplimos las expectativas, cuando nos damos cuenta que nos han engañado y que el mundo no era el paraíso que nos habían vendido y que detrás de esa cara bonita de la que nos enamoramos o de esa amistad incondicional que nunca se iba a terminar, o de ese contrato de trabajo fijo que firmamos... no hay más que egoísmo y falsedad puesta al beneficio del individuo que te engaña... te das cuenta de que hay valores que habría que cambiar, hay mentiras que habría que sacar a la luz, hay castigos que infringir y muchas cosas que quemar y que resetear. Lo malo es que somos tan vagos, que incluso los que reconocemos habernos equivocado nos quedamos de brazos cruzados, callamos y dejamos que la espiral de egoísmo siga su curso. Ese es el problema. Que lo que empezó como una libertad o un bien puesto al servicio de la sociedad, nos ha convertido en esclavos de nuestro propio egoísmo globalizado.

Así nos va...

Os recomendaría una canción de Manu Chao o del nuevo disco de Macaco... pero ya no sé si forman parte del egoísmo globalizado al que aludo; por lo que hoy prefiero templar mis ánimos y los de los demás con una canción de "School of seven bells" llamada "Half asleep". Espero que os guste.

Salu2

Nos vemos mañana.

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