Linterna.

La linterna alumbra una parte
de tu realidad inminente;
Los destellos pueden ser
una parte del camino
o todo puede desvanecerse
en el parpadeo de la luz artificial
que ilumina los ojos marrones, a veces,
otras, azules, negros, verdes...

Un paso adelante, tres para atrás
escenificar un drama,
interiorizar los porqués sin respuesta
o hablar de la relatividad
mientras la estabilidad con la que pisas
se vuelve hondura del suelo;
sin red no hay cielo,
sin nubes no hay estelas de vuelo.

Palpo lo que tengo,
analizo lo que veo,
me vuelvo compulsivo:
fumo, como, bebo...
cambio de semblante 
y me tiro de los pelos
sé quién es el feo, el malo...
yo debo ser el bueno.

Pero la gente no distingue
al bueno del tonto,
puedo echarle morro
y tratar de reprogramarme
o puedo callarme
y deslegitimarme,
traicionarme y descubrir
que no todo vale.

La linterna alumbra una parte
del tumulto en el que te pierdes.
Pasas desapercibido entre la gente 
no importa que apestes.
ni arneses ni redes
ni airbags, ni ABS´s,
El mundo está loco,
los cuerdos se crecen.

Y entonces no hay estelas,
ni caminos, ni pociones,
ni placebos, ni opciones,
ni letras torcidas, ni velas;
Ni manzanas prohibidas, ni peras,
ni suavidades, ni pasiones,
ni viento con el que empujar
todas estas cometas.

Sopla la veleta, elige tu rumbo,
cierra los ojos da media vuelta
pulsa el interruptor de tu linterna,
rompe la piñata, despierta...
se acaban las brazadas
que acaban en la orilla
el rubor que enrojece tu cara te delata: 
se ha acabado la siesta.

Alúmbrame con tu linterna...

Día de reflexión intensa. Me he acordado de esta ecléctica poesía que escibí hace muchos, muchos años.

Mozart sigue amainando a las fieras;

Salu2

 mañana más y mejor...

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