La ventana indiscreta;

Curiosos dos días; L.B.Jefferies hubiera dado de si sus binoculares observándome desde su ventana indiscreta. Supongo que ha llegado la hora de inventarme un paraíso sin manzanas, seleccionar a mi Hanssel y a mi Grettel particular, desviarlos del rumbo y darles un bote de garbanzos a cada uno  para que decidan entre: hacerse un cocido, regalárselo a un recién casado o no perder la posibilidad de retornar a casa marcando el camino de vuelta con fabáceas.

El caso es que a medida que se agotaban los proyectiles de regaliz de mi bolsa de chucherías, el mundo cambiaba y a pesar de que mi brújula marcaba un norte definido, el azar volvía insurgentes a las abejas de mi panal. La esperanza no desvanece, aunque la energía, a veces, parece desaparecer. Una pena que mi sonrisa sea de hiel y la estética lleve a las nuevas generaciones por otros derroteros.

En las situaciones límite uno selecciona más concienzudamente su bombona de oxígeno. El traje de buzo es la coartada y aletear en un océano de indecisión es más fructífero que esperar a que el mundo se acabe, sin más.

+ que nada, porque de tanto pensar, uno acaba mareado y ya no me esperanza descifrar respuestas en libros escritos por otros. Las distracciones son enigmas que cuando los resuelves ya no interesan. Así que es más productivo decidir si prefieres tener la botella medio llena, o beberte el resto de un trago. Mi decisión es la de siempre: si Popeye come espinacas, yo me inspiro encarcelándome en mi propio letargo. No necesito antifaces, ni elixires amargos. Los tonos grises se esfuman como las nubes tras descargarse y cinco días de abstemia son suficientes para que mi hígado y mi colón descansen.

Así que para mi disfraz de bohemio de hoy, he ido de compras. Y me he encontrado con un veterano de guerra que me ha dado una lección básica, por si algún día decido volver a enamorarme:

En el amor, la eternidad debería ser como el primer día: Dedícame un momento (el mejor, si puede ser) al día. El resto de los ratos, ya decidiremos si discutir, follar, comer afablemente o con cara de perro; o, simplemente, compartirlos con el resto del mundo, (Más que nada para no cansarnos el uno del otro).

¡Qué bonita es la teoría! me la apunto. Por si algún día quemo mis pijamas (y mis cansancios).

Se nota que estoy releyendo "el perfume"; ¡Puto Patrick Suskind!

Hoy en Barcelona Odio Paris presenta su nuevo disco con mi amigo Bassmatti, creo. Y en Murcia Vetusta, Lori Meyers, TAB, Standstill, Manel, MGMT, Editors, DJ Amable... y claro, los locales: Second, Neuman, Varri Brava... ¡qué envidia!

Salu2

y nos vemos mañana.





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