N

Es curioso hacia donde te acaba llevando la vida...

Veintitodos es una edad considerable: demasiadas velas para poner sobre la tarta. Joven pero con suficiente experiencia. Puedes contar demasiadas cosas, pero mantienes intacta la esperanza de que sean muchas más aún las cosas que te quedan por vivir, por sentir y por decir.

Ella fue mi primer amor; hubo otras antes: otros besos, otras intensidades y otras locuras; pero supongo que mi memoria entonces tenía cosas más importantes que almacenar, o quizá es que no estuviera preparado para amar como es debido o, más bien, para amar como se debe. Supongo que diferencio entre el amor de niños y la pasión y la intensidad que uno reparte cuando las hormonas de la adolescencia obnubilan tu capacidad de reflexión y la locura es una constante tan perjudicial como emocionante.

No penséis mal; yo no añoro el pasado. Más que nada porque creo que el presente no es más que una consecuencia de lo que en algún momento vivimos. Y perder tiempo extrañando lo que no tienes es de gilipollas. Pero supongo que muchos se saltaron o no tuvieron la suerte de sentir esa locura transitoria, y mucho menos de compartirla con alguien tan perturbado o más que tú.

De hecho, creo que aún conservo ese trastorno. Y que por mucho que mi conciencia sugiera que es hora de cambiar, necesito pensar que sin esos momento irreflexivos, la vida no tiene sentido. Seguramente me equivoco y quizá por ello muera antes que muchos, pero me consuelo creyendo que, al menos, lo haré feliz; que no es poco.

El caso es que han pasado muchos años; para ser concretos debería decir que hemos perdido muchos años separados, limitando nuestra relación a que un día como hoy de cada año, yo le mandaba un mensaje de felicitación y aprovechábamos para recuperar parte de esa particular tontería que compartimos, poniéndonos al día.

Por suerte, esos tiempos pasaron. Y puedo decir, que, por fin, ha dejado de ser mi ex, para ser mi amiga. Y mira que yo creo poco en las relaciones entre gente de distinto sexo, más que nada porque como dijo Jules Renard: "entre un hombre y una mujer, la amistad es tan sólo una pasarela que conduce al amor". Pero ésto es diferente. Porque el amor que pudiera haber entre nosotros, lo gastamos hace mucho tiempo, igual que los restos de rencor que pudieran quedar tras la tortuosa ruptura que tuvimos.

Y ella es feliz, se ha echado un novio cojonudo, francés (para más señas) y muy divertido. Por fin (porque mira que ha salido con "tarugos" (incluyéndome a mí)); Y yo más feliz, si cabe. Porque ahora tengo una opción más para pasarlo bien cuando asomo la cabeza por la "calle del olvido" (que es como se llama la callejuela que comunica los dos antros más indecentes de mi pueblo) y hartarme a cervezas, a licor de manzana, chupitos, bayleys o Gin kases (con lo mal que me entran), desahogarme, hacer balance de felicidades y penurias, o simplemente pasear y tener una conversación medianamente interesante , que en los tiempos que corren no es poco. Igual, con un poco de suerte, hasta acabo aprendiendo un poco de francés, ja ja.

Y nada; que el mensaje de este año se ha alargado demasiado.

Zorionak!!! y me debes un café, chupito, cerveza, cena o similar;

Y aunque tenemos gustos musicales un poco dispares, voy a hacer un esfuerzo y os voy a dejar con Stromae, Duck Sauce y su "Barbara Streisand", Shakira, Rihanna... ya sabéis todo eso que les gusta a los que salen a "bailar" los sábados; Y algo de Noir Desir, claro...

Salu2

y nos vemos mañana.

0 comentarios:

Publicar un comentario