Solidario.

Antes de daros la chapa... 2 cosas, otra vez;

Una: Quiero solidarizarme con el pueblo francés. Muy criticable en muchos aspectos, pero a la hora de organizar revoluciones no tienen parangón. Llevamos mucho tiempo inmersos en una crisis de la que ni gobernantes, ni empresarios, ni bancos han sabido sacernos; Nuestros vecinos, como siempre, han dado el primer paso; de hecho, ya son 8 las huelgas generales que han organizado, y cuando dicen huelga, paran el país por tierra, mar y aire; y si hay que salir a la calle, hacer piquetes o ponerse delante de 100policías armados con pistolas que disparan pelotas de goma o botes de humo... se hace; porque es por un bienestar futuro que, al paso que vamos, no tendremos nunca. Trés bien.

Mi segunda mención es para los mineros de Chile; es fácil subirse al carro y solidarizarse con gente con la que no tienes ningún contacto. Pero ayer, a eso de las doce, recién llegado a casa, y con la radio encendida, como siempre, José Ramón de la Morena aparcó debates futbolisticos y vanales alusiones a nuevos ricos sin escrúpulos que lo único que hacen es dar patadas a un balón... para hablar con un exfutbolista, cuya precaria situación le llevó a conducir un camión que, casualmente, estaba el 5 de agosto en la mina de San José;

Lobos era un jugador de equipo humilde, temeroso de que el mundo al que pertenecía le aplastara y le sacara de su casa, para perbertirle hasta el punto de que ni los que le rodeaban le conocieran. Una avalancha le sitúo en el lugar que no quería; le alejó de los que más le quieren, le hizo temer no volver a verlos, le enseñó a luchar... 68 días te cambian la vida; a mí un minuto, una conversación, un papel o una avalancha de sentimientos que no sabes donde meter.

Chile es un gran país; todo lo que conozco de allí me atrae, y, como los franceses a los que he aludido antes, me da la sensación de que mezcla paciencia, saber estar y simpatía; y sólo por eso merecen mi respeto. Quizá es que echo de menos al estudiante de medicina con el que compartí casa. A su hermosa novia. A la inspiración que me llevó a escribir la espera, a las exposiciones orales y materiales labradas en piedra del aventurero KAO, a Neruda y los Allende, el "yo pisaré las calles nuevamente" de Pablo Milanés, o el "allí amé a una mujer terrible" de Silvio o , simplemente, los goles de Mark González y las paradas de Claudio Bravo.
El caso es que Chile es un destino al que en cuanto junte cuatro duros visitaré. Espero que mi opinión no cambie...

Salu2;

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