Resacas...

Dejemos la magia para los expertos en pisar el suelo, los pobres la necesitan más que nosotros...

Los lunes no tienen gracia sin un domingo de resaca. Ese relativo dolor de cabeza, esa desgana acumulada, esas emociones contenidas, y la tripa revuelta, y la locura mental transitoria, y las lagunas mentales, y esa parte de arrepentimiento... si os soy sincero, yo no gasto de éso. Mi cuerpo, de momento tolera bien la ingesta, sea excesiva o no, de alcohol. Siempre me han dicho que lo notaré según vayan pasando los años, pero ya pasé varias de las barreras que me fueron marcando y empiezo a creer que siempre he tenido razón y que la causa real de un superresaca es la falta de costumbre.

En mis tiempos universitarios me llamaban el diplomático. Porque a parte del brillito de borracho que se me pone en los ojitos, soy capaz de mantener la conversación y tengo la suerte de tener un pedo divertido y vacilón. Apto para cerrar las negociaciones más imposibles... Y digo suerte porque son lamentables esas idas de olla que llevan a una persona de lo más normal a sacar su lado violento, a bajarse los pantalones sin venir a cuento, o a convertirse en un alumno aventajado de San Vito. No sé, será que mis mecanismos mentales valoran demasiado el civismo (incluso cuando dejo al libre albedrío de mis neuronas las decisiones más elementales), pero bueno, me divierto y creo que se divierten conmigo, así que, supongo que agradezco haber tenido primos mayores que me mostraran un camino hacia la educación que ahora ellos, por la falta de costumbre, han perdido en el camino. Ja ja.

Lo cierto es que sarna con gusto no pica. Y que la felicidad pasajera es una suerte y más si la compartes con gente que hace una eternidad que no ves. Lástima que el Dj no estuviera a la altura de un club de invitados tan selecto. Pero es lo que hay, supongo. 

Y de paso, con la migraña dominguera aprovechas para comer, por vagueza, esa mierda que la dieta de los esperpénticos  no te "permite", o ves "el jardín de la alegría", o un partido de baloncesto, o te bajas una peli, o simplemente recuerdas lo bueno que fue el domingo acurrucado bajo la mantita de cuadros.

Y sino, siempre queda el ibuprofeno, café, agua con gas, el autobús de porcelana blanca... u otra cervecita ...


Salu2

y nos vemos mañana.

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