Amici;

Alguien dijo que un amigo es un hermano que tú eliges; es cierto.

La vida es un corto periodo con cambios sustanciales y nadie está preparado para sobrellevar sólo los vaivenes que se nos presentan. Supongo que por éso es importante saber elegir, o más bien tener la suerte de coincidir con gente que te aporta, en el momento preciso, exactamente lo que necesitas.

Con los años, la efusividad, de la mayoría, va decreciendo y el egoísmo hace que parte de las coincidencias que sobrevalorábamos dejen paso a esas obligaciones varias que consumen nuestro, necesario, tiempo de diversión. Algunos llegan, incluso, al punto de no valorar el asueto o desperdiciarlo alegando un falso cansancio que amodorra al niño que todos llevamos dentro. Y es que, lo admitamos o no, todos seguimos necesitando jugar, pero es una pena que tantos personajillos desmotivados pretendan acabar con el optimismo y esa parte de la imaginación que, yo , al menos, mantengo intacta.

Quizá, por éso, tengo suerte y, vaya donde vaya, encuentro gente con la que compartir esa sociabilidad. Y es sumamente agradable saber que tengo fieles simpatizantes desperdigados por la geografía mundial . Los últimos: un simpático grupo de alicantinos que, durante 4 días, me han acogido como a uno más de sus hermanos y han reafirmado mi pasión por el positivismo y la creatividad derivada del disfrute enquistado en una más de sus posibles formas.

Compartir es la mejor manera de conocer. La novedad es un regalo extraordinario e inigualable y las diferencias que podamos haber adquirido en nuestro proceso de asimilación de la educación, convierten una paella en un baile al son de la música de Dj Sergi Spai, o hacen que un concierto de Second y Kaiser Chiefs derive en un desmadre cuasiperfectamente desentonado regado con tequila y cerveza y aderezado con marineras, pulpo, bacalao rebozado, migas, baileys con café y besos crudos sin ronquidos. Y puedo reafirmar mi condición de psicólogo sin titulación, o escuchar con la vergüenza relativa que da el desconocimiento, o montar una sesión de monólogos del tiempo ante un cubo de cervezas, o reaprender que no hace falta estar en Euskadi , o en Burgos, más bien, para degustar una sucesión de platos selectos, éso sí, a mitad (o menos) de precio. Hasta entiendo mejor el alemán cuando me lo susurran con acento granaíno y he dado mi primera clase de hacedor de paellas improvisadas.

Todo es diferente, y lo desconocido: más que asustarnos, debería darnos pie a una reflexión positiva que acabara enseñándonos algo que, sin viajar, y sin predisposición a la emoción, no podríamos aprender.

Supongo que por éso, la paz que transmite esa felicidad no tiene parangón. Y por suerte, se perpetúa durante mucho tiempo en nuestra particular concepción de la vida. El climax puede surgir en el lugar que menos esperas. Sólo hace falta estar dispuesto a degustarlo y aclimatarse, claro.

"Feliz" no es más que un supuesto del diccionario. Para describirla sin palabras, me basta con la motivación que un buen recuerdo me provoca. Espero no tener amnesia NUNCA;

Además, en el viaje de vuelta descubrí "eres" de Café Tacuba. Y por una vez, no sólo pensé en mí, ni en dos... sino en más de diez personas extraordinarias.

Salu2

y nos vemos mañana.


3 comentarios:

  1. Atemoriza dejar un comentario que este minimamente a la altura de tu prosa. Pero el silencio tampoco haría justicia. Yo soy Josele, uno de los alicantinos a los que tan gratamente te refieres en tu diario y me has hecho sentirme acogedor, hospitalario y feliz. Te tengo que decir, amigo, que esa felicidad solo puede ser igualada por la expectativa de un nuevo encuentro que a buen seguro no tardará en producirse. Me gustaria decirte que haces de lo cotidiano extraordinario y lo mejor es que lo consigues con la sencillez de su presencia. Espero haberte conseguido expresar con mis palabras mi sentimiento de gratitud, aun que creo que se me da mejor pedir café con Baileys para 10...

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  2. Muchas gracias por tu sentimiento, tu optimismo y esa forma tan bonita de escribir con palabras el reflejo del alma. Te esperamos. KK

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  3. Los hechos que almacenamos en la parte buena de la memoria valen más que la forma de expresarlos. Y sea capaz de describirlos mejor o peor, es con lo que me quedo, por lo que, supongo que, el agradecido, debo ser yo.

    Salu2 y nos vemos en menos de un mes, ja ja.

    Jonn

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