Hoy tengo tomorrowismo agudo...
La lluvia no deja de caer,
el cielo está gris
y un sinfín de paraguas oscuros
se dirigen hacia mí.
Es difícil cuadrar círculos
cuando tus gafas se empañan
y no ves más allá de las ranuras.
Pequeño tul de seca rama.
Todavía martes...
y tengo recientes
los buenos recuerdos
del fin de semana:
El cielo azul veraniego,
las hadas con bufandas
y el calor artificial
de las estufas apagadas.
Caen gotas y bailas agarrada
a mi sombra reflejada
en la parte de atrás
de un avión sin alas.
El martes se alarga...
los mares se hielan
y el frío congela los restos
del polvo de las estrellas.
A un lado glaciares,
al otro mañanas ilusionantes.
Veo girar las espirales
y cambia el paisaje
El sol se vuelve naranja
el arcoiris aparece,
abrigo mis manos
con guantes
y salto en los charcos,
limpio mis males calado
bailando al son
del amor bizarro
enterneciendo el baile de paraguas
que aspiran la rutina
de los restos calados
de una lluvia fina:
Pasajera y repentina.
Tan dulce, de repente,
que mojarse fue un placer
el martes
ahora que ya es,
de nuevo: viernes.
0 comentarios:
Publicar un comentario