Pasado mañana...


Hay veces que las matemáticas no son exactas... porque en la vida real hay factores, como la incredulidad, que afectan al resultado del día siguiente. La virtud es dejar que la bondad prime sobre los bozales que nos ponemos cuando creemos que todo está dicho y guardamos, por si acaso, miles de palabras en el zurrón de las posibilidades cerradas.

Si olvidamos lo rápido que cambian las cosas, corremos el riesgo de perder la esperanza. Y entonces, puede que dejemos pasar de largo las alegrías evidentes y nos dé por actuar disfrazados de monos vestidos de seda perdiendo de vista el relax derivado de todo aquello que otrora nos hacía relativamente felices y ahora taladra nuestro presente con dosis desmedidas de perseverante nostalgia. Y no hay mayor embargo que la hipoteca de imaginación que firmamos con la seriedad que nos imponen los años.

Podemos asumir nuestra condena o luchar por seguir siendo libres. A mí, el niño que llevo dentro me impide que me dé por vencido. Como decían en "el castigador": "tenías razón, los buenos recuerdos pueden salvarte la vida", pero los malos, si les haces demasiado caso, pueden matarte. Y yo no quiero morir, ni dejar que pase el tiempo para que los recuerdos de mañana sean aún peores que los de ayer.

Tengo la enorme suerte de ser alérgico al negativismo y de tener unos ojos que ven luz donde tod@s se empeñan en ver oscuridad. Quizá por éso acepto que el futuro no es más que una posibilidad que no merece quitarle tiempo a mi presente y aunque a veces las cosas no salgan como las preveímos un día, trato de ratificar que no hacer el mal es contribuir a que el bien se extienda. Y mientras más gente buena haya desperdigada por el mundo menos tiempo dedicaremos a recordar y a pensar dónde estaremos y qué seremos pasado mañana.

Mientras tanto procuro reír...

Salu2

y nos vemos mañana.

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