Susurros.
Leve silencio
en la habitación.
El fuego aviva la inspiración
de un susurro:
Tiernas palabras
que describen, casi en silencio,
la perfección
de este momento.
La noche
es un sueño profundo.
Influjo del movimiento
de tu boca y de la mía,
de mi cuerpo
y tu excitación,
de mi miedo y tu espontaneidad.
Al amanecer,
aún quedan secuelas
en el ambiente.
Tus besos
intoxican mi saliva…
y al desprender los labios,
tu epidemia no es más
que otro placer susurrado.
Furia desatada,
agotamos las fuerzas
que aún nos quedan.
Si recobro el sentido,
no lo pienses: bésame.
Sino, deja que mi consciencia
se pierda para siempre
en la inmensidad de este
último susurro perfecto.
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