Al abominable hombre de las nieves no le gusta el verano. Debe ser que el eco de la montaña no es el mismo, o que el sol hace daño a los ojos sensibles.
Ayer, después de un mes, volví a componer algo. Posiblemente es lo más optimista que he escrito en años. Supongo que mi inspiración aún guardaba restos del belén furgonetero, de las risas acumuladas y de la certeza que sólo los utopistas que mantenemos nuestras ilusiones intactas tenemos. El caso es que me sentí bien con mi particular oda a la sonrisa contagiosa.
Y encima, cumplí el sueño de toda choni y me invitaron a cenar comida del Mc Donald en la parte de atrás de una furgoneta con la nueva maketa de Miss Korea de fondo, así que: creo que no puedo pedir más, o igual es que estas pequeñas cositas me hacen lo suficientemente feliz.
Os deseo un interesante y atractivo sábado a tod@s. Sonreír mucho que no cuesta dinero.
Salu2
y nos vemos mañana.
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