Mañana de poesías...

Dicen que al hacer obras en tu casa, en cierta manera, reformas también parte de tu aura. Me considero una persona ordenada, pero también soy escritor (aficionado) y, como tal escribo lo que sea y donde sea. Normalmente papelitos sueltos, o folios que acaban perdidos en el fondo de los cajones o debajo de mil libros en las baldas. Por éso, precisamente, es bueno hacer limpieza o, como en este caso, obras. Así que, aunque se me acumulan los quehaceres y los temas sobre los que escribir, hoy plasmo en el post un folio amarillento por las dos caras que me acabo de encontrar: poesía de mis tiempos de rimador siniestro:

Sin plazo de vencimiento

Canalizar mi energía reprimida
delimitando los ejes
de un ritual
de fuertes emociones.

Anestesiadas las frustraciones
el tratamiento sincero
de mis temores
no tiene plazo de vencimiento.

No es un delito
tener apetito de misterio.
Quebrantados los tabúes
el mecanismo estropeado
de mi corazón
sólo lo arregla
un ciclón de novedades
en conversación relajada.

Consolamentum amnésico.
Atraído por el influjo
de tus emociones
cruzo la frontera
que separa la amistad
de los púlpitos
que caen a la altura
de mis pies descalzos.

Y aparco mis frustraciones
en tratamiento,
olvido los quebrantos
de mi cabeza
y dejo que la simpleza
tenga rienda suelta
para anestesiar escrúpulos
y me deje disfrutar, a secas.

Porque el futuro es un gran misterio,
pero no tengo tiempo
para pararme a pensarlo.
La extensión de mi subconsciente
apaga mis temores,
y ajeno al plazo de vencimiento
sólo sé que me encanta
hablar contigo. 


Horizontes cerrados

Dos puertas que debo cerrar:
pasado y presente
despedazados
en la explanada
que te acerca a este horizonte
abierto de par en par.

Dos puertas cerradas,
terapia iniciada:
La desolación
deja siempre atascadas
mis virtudes juzgadas
por el desconocimiento.

Tras las puertas cerradas
las voces pasadas
se repiten
en mi cabeza.
Y harto de pensar,
preso de las arcadas
que me provoca el presente
empiezo a vomitar:

Adiós consuelos momentáneos.
Expulsados los deseos  incumplidos,
las reservas de ironía
me dejan perdida
entre dos puertas
cerradas a cal y canto.

Adiós marejadas innecesarias.
Afrontar el futuro
requiere un valor
que sólo
el paso del tiempo
puede aportarte.

Y cuando la soledad
revuelve tu estómago,
vomitar el pasado
es la mejor manera
de rescatar de tus entrañas
la coherencia perdida.

Y con las respuestas
desvelando los surcos iluminados
de tu horizonte,
puede que encarar lo que resté
nos resulte
algo menos complicado.

Y hablando de hacer frente a lo arcaico: Kerobia es un gran desconocido en el panorama musical nacional. Y quizá la semana que viene tenga el placer de volver a verlos en directo ¡qué bueno!

Salu2

Feliz fin de semana.

y nos vemos mañana



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