Sonorama 3 (El pedazo de viernes)

Kit del buen Sonorámico: un pulverizador de agua (para el calor), unas pilas recargables (para aguantar 15horas seguidas de música), un buen estómago (para la mezcla alcohólica, las tostas, picadillos, hamburguesas de tritón...), unas gafas de sol con parabrisas y buen rollo, sobre todo, muchísimo buen rollo.

El viernes "madrugamos", porque Cyan merecía tal esfuerzo. Nos comimos una porras con chocolate para asentar el estómago al son del vidente Serrat augurando que "hoy puede ser un gran día". Y vaya que si lo fue...

El pulverizador de agua da mucho de si. Y aunque la primera impresión es: "te voy a meter una hostia..." el "fresquito" del agüita bajo el solaco castellano se agradece. Seguramente por eso, nombraron mister simpático del sonorama a mi amigo: el aguador Koreano. Que instauró la moda y, de paso, le hizo el negocio a los "todo a 100" de Aranda de Duero y, aparte, promulgó el grito de guerra del sonorama 2011: "Fito, enséñanos tu culo"

Lo mejor del Sonorama son las mañanas/mediodías/tardes en el pueblo. Lo digo así, porque sabes a que hora llegas, pero no a la que acabas. Lo mismo hablas de historia con un murciano, que te encuentras un Belén sin niño Jesús, o unas puretas de Gin Tonic rejuvenecidas por el clarete de la zona. El caso es que la combinación Charanga, bodega, camión de Red Bull (que no todo va a ser fórmula 1 en esta vida) hace que olvides las siestas, el cansancio y el relax y descubras que, a pesar, de los años que marca tu DNI, estás hecho un chaval, al menos, hasta que llega el bajón del sábado noche.

Porque un viernes con cartelazo, luna llena, Belén y Perseidas no tiene parangón. Y aunque la ducha esté fría, el café no tenga el efecto de activarte que tiene habitualmente y estés hasta los huevos de los ruidosos vecinos de Camping/pensión que te han tocado, te sientes como Obelix cuando los demás galos se ponen a la cola para llegar al estado de fuerzas que tú ya, de por si, tienes (y sin trampas, ja ja).

Y entonces suenan de fondo  Los Campesinos y te dan ganas de ponerte una camisa de flores o de acabar de desnudarte del todo y aguantas un sinfín de mediocres canciones esperando a que los Niños mutantes toquen "te favorece tanto estar callada" de una vez. Y aprovechas el concierto de Nacho Vegas para twittear y escribir los bocetos de una canción. Y luego muestras tu respeto a Catpeople por el cambio radical de estilo (aunque la gente siga prefiriendo bailar las canciones del disco anterior). Y vuelves a decepcionarte con Sexy Sadie y sus lentas canciones de anuncio.

Hasta que llega la hora en la que los hombres lobo se convierten y aullan a la luna llena al son de las canciones de Second. Hacía tiempo que no veía un concierto en primera fila, rodeado de fan´s enfervorecidas y memorizadores de librillos de letras. En el fondo soy como ell@s, pero disimulo mejor y aunque los murcianos no me tocaron "más suerte" disfruté con la potencia y los subidones de las canciones de "demasiado soñadores" más el colofón de la curiosidad de escuchar "rincón exquisito" al lado de mis recién conocidos amigos alicantinos.

Con el subidón en el cuerpo cambiamos de escenario y llegó mi momento del festival: el concierto de Iván Ferreiro. Desaté mi lado más tierno y alejado del escenario berreé todas y cada una de las canciones que el gallego escupía. Prefiero sus conciertos en petit comité, en un teatro semioscuro, con la copita de vino... pero lo solté todo. Fue como un punto de inflexión, un momento de felicidad interminable que derivó en abrazos varios, besitos tiernos y un grado de locura positiva que llevaba demasiado tiempo sin experimentar. 

A partir de ahí... todo fueron ritmos a lo delorean: the casters, the leadings... botes, sonrisas, complicidades de todo tipo. No me hubiera reconocido ante un espejo. Quizá porque nos empeñamos en que el efecto de las pequeñas cosas no se nos note demasiado, o porque exigimos demasiado a lo que nos rodea. Pero los cuentos reales se basan en la felicidad derivada de un beso, de una mirada, o de algo que recordar cuando te estás muriendo y las filminas positivas de tu vida se reproducen por última vez. Y desde el viernes, es evidente que Iván, Belén, Jose, María, Jorge, Chema... formarán parte de mi particular limbo de la isla de Perdidos. También la música de Dorian que no su cantante, que haciendo honor a su apellido hizo el Gili, un muchito. Normal que acabara lloviendo...

Menos mal que Superframe video dj y el "dialecto" murciano hicieron que no decallera la noche.

Salu2.

2 comentarios:

  1. Madre mía! Que manera d transmitir sensaciones. Muchísimas gracias porcompartirlas. Ha sido una suerte enorme encontraros en el sonorama y tened por seguro q repetiremos encuentro. Bss rosas

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  2. Sin duda, la mejor crítica que el Sonorama podría tener.

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