Revelación;

Lo acabo de entender; No importa quien conduzca, ni adonde pretendas llegar. Por mucho que llegues a tu destino, el camino no acaba; siempre hay una senda por la que continuar, un ingrediente necesario que con el tiempo resulta insuficiente, una locura, medio paso de distancia, otra exigencia fuera de guión, un sabor diferente que se volverá insípido, una luz que se apaga, otro interruptor... y el egoísmo que define nuestra condición de pasajero, acompañante o fustigador intermitente.

No hay una razón; son las circunstancias, lo acaecido, lo que nos rodea, la esencia de lo que creemos que nos define. Da igual lo que creamos que  somos, cambiaremos dependiendo de quien nos acompañe, redefiniremos la felicidad constantemente, lo tendremos claro por un momento hasta que la duda condicione, de nuevo, la siguiente palabra, el siguiente gesto, la posterior ingenuidad, el hola y el adiós.

Elegir es fácil, lo complicado es no equivocarse.

Deja de buscar la solución en el cajón de las utopías.

Salu2;

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