Inevitable

Y, de repente, llegó la primavera, y las tormentas invernales dejaron paso a las gafas de sol, el café en la terraza y el primer contacto con la naturaleza de los rayos ultravioletas.

Ha sido un fin de semana extraño... con una parte ciertamente individualista dedicada a la reflexión y a la preparación para los cambios que se avecinan y otra basada en el diálogo variado para saciar la parte socializadora que tan descuidada tengo últimamente. Me he puesto los arneses necesarios para trepar por la vida, he comprado una dosis de paciencia, otra de diplomacia y otra de coherencia, he llenado de botellas de reflexión con "abre fácil" mi frigorífico, he metido en el horno mi desarrollo insostenible y mientras pasa la tormenta he aprendido a bailar bajo la lluvia.

Sé que, en el fondo, mi cerebro necesita saber que amortizas los pensamientos que él procrea y antes de que caduquen debo tener claro que la sucesión de escenas improvisadas deben tener un aliciente que le acerque a un final de perdices que ni el mayor de los pesimismos pueda estropear. 

La vida me espera, no sé si llegaré a mañana y, por desgracia, cada vez soy más cabezota y  tengo menos paciencia. Y antes de que las fuerzas me fallen y las ganas empiecen a escasear hay que reprogramar los objetivos, repasar los errores que haya podido cometer y reinventar la personalidad que quiero ver reflejada en el espejo.

Tras la autocrítica, mi vida entera se revaloriza y aunque el rey de la fiesta se vuelve un cabrón criticable cuando el cachondeo se acaba, me quedo con lo bien que me lo he pasado: que me quiten lo bailao sea o no bajo la lluvia.

En la siguiente fiesta, me llamáis y ya veré yo si me apetece, o no, invitaros. Mientras tanto, me permito un consejo: No hay que menospreciar a quien tiene la capacidad de cambiar. Él siempre tiene ventaja sobre el inmovilista que, temiendo el cambio, trata, por todos los medios, de evitarlo.


El cambio es inevitable, aunque a algun@s no les guste

Salu2

y nos vemos.

1 comentarios:

  1. Creo que voy a nombrarte mi profesor particular de gusto musical.

    El coleccionista de huesos.

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