Autohomenaje a mi yo poeta.


Que me quiten lo bailao

"Voy a vivir cada segundo
como si fuera el último de mi vida",
entre otras cosas
porque he perdido
el miedo a equivocarme
y porque
a diferencia de los que
han caído en el camino,
tengo la suerte
de poder seguir teniendo
estos momentos.

No me digas que no salga,
ni que no gaste,
ni que no venga
ni vaya.
No me digas lo que es divertido,
lo que debe alegrarme,
lo que debe molestarme.

No me digas que estás triste
o que no tienes tiempo
o que te falta dinero...
no me pongas más escusas,
todas las inventé yo,
todas, las puse yo primero.

No me digas que recuerde,
ni me invites a olvidar,
no me hables de utopías,
ni de paraísos
que no voy a pisar.
No me ilusiones
con un futuro que no voy a tener;
no me hagas pensar en él.

Soy suficientemente miope
para no poder ver
más allá
de la siguiente equis
de mi calendario
sin lunas llenas
ni menguantes;

Que me quiten lo bailao,
que es lo que contaré a mis nietos,
que es de lo que hablaré
cuando la vitalidad carcoma
mi movilidad, mi vitalidad...
Que me quiten lo bailao,
que es lo único que me va a quedar,
lo único que me apetecerá recordar,
lo único, en lo que no me habrá
importado gastar
.


Chispas en la superficie.

La hipnopia está
a sólo dos olas rotas
de distancia.

Un punto cardinal
a medio camino
entre mi norte
y tu sur.

Las inquietudes flotan
en un zumo de vida
recién exprimido.

Si el viento sopla,
la veleta te señala;
y la rabia y los miedos
amainan... se pasan.

Aleteando entre el humedal, 
me refugio en las mareas
que me empapan.

Absorberé el salitre
de tu negatividad 
y encenderé las chispas
en la superficie.

Para que sobrevivamos
al naufragio
de las marejadas

De toda la afonía
sin cobertura
que tenuemente
llega del mañana

Negro

Los sueños son tales
mientras todavía
queda tiempo
para que se cumplan;

si pierdes
la esperanza
se transforman
en imposibles

y el negro es un color,
que aunque pega con todo,
no es buen tono
sobre el que hacer girar tu vida
.


El Núcleo.

El núcleo se descompone,
busco un pretexto
para encenderme
y volverme reversible
nimetizando las alertas
y dejándome llevar.

Disecado el pasado,
puede que el amor
haya dejado de ser
el motor del mundo,
pero sigue haciendo
que el viaje merezca la pena.

Pinta el atrezzo
con tu millón de ceras.
Haz que la calle sea un bosque,
convierte en flores
las piedras del camino;
llena las copas de vino.

Y mezcla los colores
mientras cuento los escalones
que separan tu olfato
de mis malos olores.
Busca un pretexto
para encenderte.

Y juguemos con la suerte,
seamos, por una vez, valientes,
tejiendo un hilo consistente
con el que coser las comisuras
de todos los peros
y las escusas que surjan.

El núcleo se recompone...
terapia de choque;
La realidad es un gesto
de tierna complicidad.
Ya no hay interferencias,
sólo: nuevos sabores.

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