No es porque sea San Valentín...

Como Cupido no ha tenido a bien exclusivizar mis muestras de afecto, tengo la suerte de poder quereros a tod@s; En muchos casos ese amor no es recíproco, pero bueno, nadie es perfecto...

Y no lo digo porque sea San Valentín, día en el que prefiero celebrar el cumpleaños de mi madre. Si no porque me hace gracia lo barato que están los "Te quiero"s estos días de celebración global y lo difícil que es que mañana, o pasado, o dentro de un mes, en uno de esos días de viento normales, el amor fluya con la misma intensidad.

El querer, va ligado inevitablemente, al poder. Amar es una debilidad consciente basada en la confianza que el azar y nuestros deseos circunstanciales nos despiertan. Parafraseando a Shakespeare, todo se resumiría en Creer o no creer, pero como nos pasa con los avances tecnológicos, nuestra exigencia va in crescento y es imposible que, en los tiempos que corren, alguien pueda estar a la altura del cuento de hadas que nos contaron cuando éramos pequeños. Si me parezco a Richard Gere, no puedo ser Brat Pit, si estoy forrado es probable que no tenga suficiente tiempo para estar contigo y si soy pobre, vendré quemado del trabajo (o del INEM) y las calabazas, que se convertían en carroza, nos sabrán a poco o simplemente, se nos habrá olvidado adonde nos llevaban...

No se puede querer todo sin dar nada, igual que es imposible definir el amor de una ùnica manera, ni etiquetarlo con adjetivos como eterno, puro o interminable.

Supongo que los errores han simplificado esta calenturienta monotonía evolutiva. Al fin y al cabo, es gratificante abrazar a alguien sin pensar en mañana, o compartir un rato de canciones, o una cena sin velas, o sudar bajo las sábanas celebrando que el amor, de momento, nos dura.

Si alguna vez pienso en mañana, volveré a quemar mis pijamas, volveré a escribir poesías y a compartir parte de todo lo bueno que he acumulado en estos tiempos de soledad y erotismo. Pero, de momento, y aunque sigo siendo un romántico con facilidad para emocionarse/ilusionarse fácilmente sigo resguardándome del frío bajo la gorda manta de mi transigencia.


Y claro, queriéndome mucho, mucho, muchísimo... para poder repartir la felicidad que me vaya sobrando.

Salu2

Y nos vemos... 

1 comentarios:

  1. Viendo lo que duran los amores últimamente no es mala teoría la de disfrutar de la soltería.

    Aunque en algunos casos huele a socarrat

    xpxpxpx

    ResponderEliminar