Cada vez puedo fardar menos de ser occidental;

Deseo que no me globalicen más, porque empiezo a pensar que me parezco demasiado a los que me rodean y me asusta formar parte de la unanimidad estadística que lejos de hacernos mejorar, frena la evolución de lo que se presuponía de nosotros.

No quiero que me engloben, ni que me aten, ni formar parte de supuestos que no me representan. Ni que saquen conclusiones precipitadas basadas en opiniones generalizadas. Ni ser una costante que viaja entre la estadística crítica de la linea recta. No quiero frecuentar la propensión al miedo por la que pasea la subjetividad noticiada de las tres y de las nueve. Ni que me juzguen por con quien ando, ni por lo que supuestamente he dicho, ni que vuelvan a sacar mis palabras de contexto. De hecho, estoy más que harto de escusas y tergiversaciones  .

Y No creo en pertenencias, ni en patrias representadas por trapos. No creo en himnos, ni en dictaduras encubiertas, ni en falsas democracias, ni en siglas, ni en credos, ni en fés distorsionadas, ni en religiones, ni en sindicatos inmovilistas, ni en gobiernos de pega, ni en la telebasura, ni en la incultura, ni en las victorias sin esfuerzo, ni en los remedios baratos, ni en Merkel, ni en Obama, ni en Sarkozy, ni en china, ni en Rajoy ni Rubalcaba, ni en Oriente Medio, ni en el Vaticano... ni en verdades absolutas, ni en las amistades del facebook, ni en las revoluciones que la comodidad a la que nos hemos acostumbrado frena.

No hago caso a la dialéctica barata, ni a los ratios económicos, ni a los falsos "te querré para siempre", ni a los que dicen que no sienten, ni a las rebajas de derechos a las que nos someten. No sé lo que significa la palabra crisis y no concibo que me hablen de problemas los que no tienen intención de moverse porque tienen miedo a perder lo poco que tienen.

Y me cago en el futuro que veo desde este presente que se han empeñado en pintar con colores desilusionantes, y en la condicionada reducción de vicios, y en esta transformación que se parece demasiado a la involución, y en la sobredosis de ruinas y desesperaciones...

En definitiva, que me da vergüenza ser occidental y pertenecer a este tercer mundo conformista y sin ideas. Y, me da asco ver como cuanto más nos acercamos a la tragedia, más en mi hábitat me siento.

Al menos, tengo la suerte de no perder el optimismo y de seguir CREYENDO, a pesar de todo...


Salu2

y nos vemos...

1 comentarios:

  1. Saber lo que no te gusta es una forma de saber por donde empezar.

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