Nunca;

Es curioso como cambian las cosas...

Antes de empezar con mi habitual retaila de críticas os voy a dar un consejo: Tratad de evitar palabras como nunca, jamás, imposible, ni de coña... nunca sabéis lo que podéis llegar a hacer; la vida es muy larga y por suerte, las cosas cambian, Y MUCHO.

Y es que, últimamente, el pasado se ha vuelto en contra de much@s de los que me rodean; los solteros de oro son felices casados, los que jamás dejarían de ir al estadio a ver partidos de fútbol, o  a los bares a ver conciertos, pasean comiendo pipas los domingos. Los que no entendían como la gente puede quedarse en casa un sábado están enganchados al DEC y al Sálvame deluxe, a los que el matrimonio les provocaba urticaria deben estar rascándose, los que criticaban la pasividad de los parados hacen cola en el INEM, los gimnastas vigoréxicos tienen más panza y flacidez que yo y los más heavys escuchan ahora a Andy Lucas, a Bisbal y a su puta madre.

Las cosas cambian. Uno no sabe porque, ni cuando cruzó la línea que separa sus convicciones forjadas durante tantos años de la tontería de dejarse llevar por el miedo a quedarse solo. La exigencia se devalúa, tu prioridad se desvanece, tus ideas necesitan el respaldo ajeno, tu opinión se supedita, la teoría cambia... y lo cierto, es que no me importaría si supiera que en el fondo es lo que deseas, si un atisbo de felicidad dibujara en tu cara una mínima sonrisa, o si simplemente fueras capaz de darme un argumento para no meterme contigo. Pero no es así. De hecho, si tu yo del retrovisor pudiera acercarse a lo que ahora eres te partiría la cara y te diría: "¡qué coño haces!".

Supongo que cuando me haga "mayor" y me quede solo, ese conformismo generalizado me llegará. Que yo también priorizaré la paternidad, el miedo a la soledad... me quedaré sin mis sueños y renunciaré a parte de mis convicciones y me hipotecaré, malviviré, dejaré de ser el rey de la calle (porque eso no es lo importante), criticaré por la espalda, me juntaré, sólo, con gente de mi misma condición y lameré el culo de mis jefes, porque no me quedan más cojones, y relajaré el tono de la música que sale de los altavoces extremadamente bajos de mi monovolumen... vamos la vida de casi tod@s los que me rodean.

Soy consecuente; feliz mientras puedo y me dejan. Y, al menos, de momento, tengo convicciones, prioridades, deseos, sueños y ganas de que las cosas NUNCA cambien y si algo varía que sea para mejor. Que lo consiga o no es otra cosa; pero no me engaño y no digo que nunca jamás... nada.

Por eso os invito a escuchar: "Fiesta" de los Pogues y si os sobra otro rato: "we´re born in your city" de Krakovia.

Salu2

y nos vemos mañana.

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