fiesta vasca

Me apetecía hablar de Fiesta Vasca...

para los que no lo sepáis, es una especie de noche vieja diurna en la que los zarautztarras se visten a la vieja usanza (de caseros): con trajes "ajados" y oscuros, convinación interior, pañuelo blanco al cuello... ellas; con pantalones mil rayas o similares, camisa blanca, chaleco, faja, albarcas y pañuelo ellos. Aunque últimamente hay quien se viste de alcalde, o imitando a las islamistas modernas, dando color a sus chilabas...

Pero el traje es lo de menos, o no...

No soy muy dado a mantener tradiciones, pero las que me hacen un poco más feliz me gusta que persistan; por eso, y aunque casi siempre acabe hasta los cojones, mi día 8 de septiembre lo dedico a preparar el gran día: compras, dejar el hamaiketako listo... y preparar el cuerpo para los excesos.

Mi día de Fiesta Vasca empieza prontito: a eso de las ocho de la mañana. Me levanto, me ducho con música inglesa (porque luego en todo el día no voy a escuchar más que trikitixas), desayuno algo y me visto.

A las 9 engaño a mi hermano y a los amigos que viven cerca de mí, y como una sargento matrimoniada, me pongo a organizarlos a todos; 2 conmigo a la sociedad, otros 2 a por hielos... y para las 10.30, el hamaiketako encima de la mesa; el que llega tarde: come frío.

Primeras sidras o txakolís, llenar el estómago con caldo, carne cocida, chorizos, morcillas, jamón, tortillas de pateta... y a echarnos las primeras risas: buscar el chiste que a esas horas no hace ni puta gracia y que dos horas más tarde es la panacea de las risas y disfrutar de la buena compañía... como lo organizo yo, invito a la gente con la que quiero estar; y aunque a veces me da dolores de cabeza personalizados en pequeños e inevitables malos rollos, me da igual.

A las 12, con las sobras metidas entre pan y envueltas en papel-albal, y con la nevera cargada de bebidas... nos encaminamos al meollo de la fiesta; más vale llevar un carro o utensilio en el que llevar botellas, porque sino, corres el riesgo de agobiarte y de arruinarte;

El caso es que éste año, nuestra euskal jaia ha sido algo alternativa: hemos cambiado el habitual carro de Eroski por un nevera de camping, y el txakolí y la sidra por Martini y un sinfín de cóckteles (caipirinhas, mojitos, margaritas...) que a lo largo del día dejarán paso a los cubatazos.

La mañana la aprovechamos para hacer vida social: hablar con viejos amigos, familia , conocidos... y a medida que engullimos bebida: más exaltamos la amistad, ja ja.

Los que no nos drogamos tratamos de alimentarnos (con los pinchos que anteriormente hice en la soci: txatka, jamón, tortilla, atún...) para que el alcohol no cause estragos; pero es inevitable; a eso de las dos de la tarde, muchos ya no se tienen en pie, otros salen de trabajar, y los más sobrados empezamos a darle al cubatazo, eso sí, en vaso de plástico.

Toca apalancarse; tras pasar por la plaza del pilar, el ayuntamiento, la plaza e la música... llegamos a la munoa, y con ello, el peligro crece; más gente, el cuerpo golfo, y por una vez, el resto de la gente acompaña. De hecho dicen que el 80% de las parejas del pueblo nacen entre este día, san pelaios y noche vieja; y es que una mala borrachera puede joderte la vida, o , al menos, cambiártela.

No es el caso; a mí las albarcas y el pañuelo no me despiertan interés sexual alguno, y salgo con la clara y exclusiva idea de pasármelo bien: bebiendo y hablando con la gente que me importa; suena a vasco cerrado, pero es lo que por un día (justo al revés que la mayoría) soy.

A media tarde, los que menos aguantan se van o caen al suelo; los demás seguimos con lo mismo; más cubatas, más exaltación de la amistad, primeras "movidas", y el divorcio relativo de ver a alguien que no estaba contigo pero lleva tu mismo rollo, más o menos.

Este año; la cena se limitó a un bocata; y después unos tragos en el bar de mi amigo Agus, y de paso un cambio de fondo musical a cargo del dj callado, osea, yo;

3horas estuvimos bailoteando y bebiendo, por fin en vaso de cristal, con mazacotes de hielo, y con los dedos anestesiados; Los más listos se reían de las borracheras ajenas, quien más quien menos visitaba el baño esporádicamente para aguantar mejor... vamos un non stop a la euskalduna.

Y claro, nos cansamos de las mismas 4 paredes, e hicimos el último esfuerzo: nos fuimos a la "zona" a gastar todo el dinero que nos habíamos ahorrado durante el día;

A diferencia de otros años, había bastante gente del pueblo. Como nosotros, lastrando un día completito y apurando las escasas ganas de farra que siempre nos quedan a tod@s a esas horas.

Y nada, ya sabéis, beber y más beber. Es divertido ver a un casero bailando el waka waka, o hablando con acento de Madrid o anglosajón, o gritando ¡Viva Iniesta!...

Al final, uno siempre acaba en el lugar más imprevisible: yo, recordando tiempos mejores con mi querida exnovia, otros zigzagueando tratando de evitar escollos similares a los molinos de don Quijote, otros creyendo que van a ligar con ese alientazo a día completo...

Y 24horas después... estoy en el mismo sitio, con una tonelada de alcohol en el cuerpo, y con la satisfacción que da haber estado con casi todos los seres que quiero y aprecio; y con el consuelo de que ésto sólo pasa una vez al año. ¡menos mal!

Y nada, como estos días se exalta la amistad... pues me viene a la cabeza´el pop español de los 80; es un poco friki, pero es el fondo musical de nuestras primeras farras, y la música de la que nos reíamos a medida que íbamos creciendo y nos dábamos cuenta de su simpleza; no sé: cuando brille el sol de "la guardia", las 100 gaviotas de duncan dhu... algo así; que de trikitixas paso hasta el año que viene.

Salu2
nos vemos mañana.

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