Voyages

El mundo es un sitio tan grande...

Cuando los muros se vienen abajo y las fronteras son una delgada línea que sobrepasamos fácilmente entendemos que la sintonía entre 2 buenos vecinos puede deslavazar la ristra de ajos con la que hacemos un poco de alioli para quien se quiera apuntar.

Mi puerta está abierta por lo que pueda pasar. Nunca sabes cuando tienes que escapar o cuando vas a necesitar cambiar. Por éso está bien tener distintas opciones y saber sentirse como en casa en cualquier lugar y en cualquier situación.

Haciendo un balance rápido, tendría el positivismo aparcado en Alicante, la utopía en Sevilla, el yo moderno que nunca fui en Barcelona, la amistad perdida en Valencia, el trampolín en Madrid, la inspiración en Granada y en Murcia, el frío en Miranda, el deseo y parte de los primeros pasos en Chile, el interés en África, el temperamento futuro en algún país nórdico y el centro en una mochila perdida en mitad de algún país eslavo. Para lo demás, tengo un vehículo preciso con 6 cuerdas, un cuaderno de vitácora, un pequeño zurrón para almacenar los sentimientos que vengan (sean buenos, malos o relativamente ambiguos) y la evidente e inagotable ilusión, lo único innegociable.

Y no hay mar, ni río, ni montaña que pueda frenarme ni agotarme. Y aunque siento que un alto porcentaje no entienda lo imprescindible que es el positivismo, ya no me relamo...


Seguiré viajando hasta que la muerte nos detenga...

Salu2

y nos vemos. 

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