Changes

Los cambios de ciclo asustan, pero tienen ese punto de interés y emoción que, a veces, uno necesita para sentirse vivo. Es mejor pensar que el cambio es progreso que temer lo que el futuro pueda depararnos. Por éso no voy a pararme a llorar por más que la estabilidad, como le pasa muchos de los habitantes de este país, me parezca una utopía.

No tengo dinero suficiente para sobrevivir el resto de mi vida, no creo que el nivel de "bienestar" derivado de la aportación de los Gobiernos vaya a salvarme en ningún momento. No creo en las posesiones, dudo del sarcasmo implícito en los contratos fijos, he dejado de confiar en la objetividad y en la democracia que nos vendieron cuando todavía aspirábamos a ilusionarnos (aunque sólo fuera un poquito). Más que nada porque la mayoría de mis "ídolos palpables" se acabaron vendiendo a un precio demasiado barato.

Pero no por éso voy a rendirme ni a morirme. Dar un paso atrás es sólo una manera de coger impulso y mientras cojo carrerilla voy a seguir el consejo de Oscar Wilde: "el único deber es el deber de divertirse terriblemente", tomarlo como premisa y como condición innegociable de un futuro con el que sólo puedo ilusionarme.

Si me preguntas dónde estaré mañana, te diré que no lo sé. Si quieres saber lo que haré, tampoco puedo contestarte. Pero sí sé que estaré, al menos, tan feliz como hoy y tendré una cosa intacta que no demasiada gente conserva: Mis principios.

No concivo futuro sin mi manera de entender la vida y por muchas cosas que me vayan faltando, por mucho que quieran quitarme, por muchas cosas que quieran expropiarme, nadie, ni nada va a poder descargar de mi espalda la importancia y el peso que sonreírle a la vida tiene para mí.

Y éso me hace mejor que muchos de los que se sienten respaldados por un banco o todo lo que el peloteo asqueroso les ha podido aportar. Éso me hace más fuerte que los que no tienen nada en que creer, éso me valida para seguir caminando por el camino que yo mismo, sin la ayuda de casi nadie, me he ido creando. Y no, no es ego, ni autoengaño. Es conciencia, ética y fortaleza medible sólo en la única moneda que no se devalúa: el amor. Y en éso, por suerte, soy millonario.

Lo demás, es mejor dejar que el azar y los méritos que he acumulado hablen por mí...



Salu2

y nos vemos

1 comentarios: