Leer el twitter se ha convertido en un método de positivismo mucho mejor que las anticuadas ojeadas al periódico. Supongo que somos muchos los que compartimos el hastío que provoca la falta de objetividad de los medios, el empecinamiento que tienen de asustarnos o en insistir, una y otra vez, con las malas noticias de siempre y el distanciamiento paulatino que todo ésto ha provocado entre los que creemos en un futuro mejor y los que viven de comparar sus vidas con los traumas ajenos.
Supongo que las redes sociales son el método más efectivo que tenemos para trasladarnos a la época de los hippies. Nadie gana dinero escribiendo, pero todos somos un poco más ricos desahogándonos o, simplemente, leyendo lo que otros escriben. Hay amor, aunque tampoco sea palpable, hay humor (con la escasez de él que tenemos), hay debate, hay ironía, hay interacción con desconocidos. Es como el cigarrito de los no fumadores, como el momento kitkat de los estresados, los 15 minutos de gloria de los que hablaba Warhol o un baile con la imaginación que nos acuna cuando más lo necesitamos.
Supongo que 140 caracteres no eran suficientes para decir todo ésto...
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