prolífico;

Sigo en la luna de Valencia... o más arriba :)

Está siendo un finde lleno de contrastes. Por un lado mi mente divaga por los preparativos del dcode festival de la semana que viene, por otro, mi yo altruista se pelea con el materialista ampliando mi curriculum de insensateces laborales para que mi autobiografía tenga más filón, (ja ja) y claro, el asueto tiene también cabida...

Parece contraproducente ir a un concierto de Alaska el viernes y rodearse de gays, poqueras y coetáneas de Eryhka Badu y 24 horas después estar en un teatro ignorando las sillas viendo a Sex Museum y a Riff truckers. Supongo que lo suyo sería decir que en la variedad está el gusto, pero hay monogamias y placeres únicos y exclusivos que contravienen el significado de esa frase, así que... supongo que es más lógico definirlo como prolífico, a secas.

Es lo que tienen las peonzas, que una vez lanzadas cuesta que dejen de girar, y lo peor, no hay posibilidad de responder al cuándo, al dónde, al por qué... menos mal que mi cuerda empieza a atarse poco a poco a un lugar "estable" que ronda una distancia intermedia entre el posible y lo deseado. Quizá por éso resultó tan emocionante el "no sé que me das" o me preocupara por primera vez en tiempo si a "alguien le importa", o si el "absolutamente" tiene sentido en los tiempos que corren... el caso es que retorcer palabras de amor se antoja menos complicado desde hace un tiempo, supongo que la bola de cristal ha dado mucho de si, y los que nos "criamos" con la Bruja Avería le debemos cierta complacencia a los kilobatios de paciencia que nos suministraron los electroduendes.

No sé, musicalmente el concierto no fue nada del otro mundo, pero supongo que nadie fue esperando una exposición lírica de acordes menores. Fue algo más freak de lo que me esperaba, pero entretenido que en definitiva era lo que yo, al menos, fui buscando. Y para música... ya teníamos a Kin Dada, para amenizar la fiesta posterior con ritmos de los 80. La verdad no se estila mucho mezclar a Bowie, Pet Shop Boys y the Cure... pero se agradece que alguien los recuerde. Me dieron hasta ganas de bailar... y mira que eso es difícil :)

Pero bueno... el sábado compensó el rollo friki del día anterior. Cambiamos las plumas por las camisetas negras y los pitillos ajustados y nos deleitamos con la última sesión del ciclo de rockumentales. Se ve que en mi pueblo no aprecian que te trasladen al mundo de Jonnhy Cash, los Who, los Doors... y que prefieren emborracharse y quejarse de que: "vaya mierda, nunca hay nada diferente", bla bla bla; debe ser que la "moda sálvame/DEC" no se limita a la televisión y que ceporrear es una costumbre que nos deja sin gusto y nos transforma en pedantes seudopijos sin cartera.

Menos mal que hay gente preocupada en que el mundo no se vaya a la mierda y que trata de entretener (y de paso culturizar) a base de un esfuerzo de meses que pocos valoran como es debido. Si vienen 20, 80 o 120... eso que ganamos; porque más allá de lo que un concierto, una obra de teatro o un documental te pueda aportar, está la convivencia entre "amantes" de la cultura. Y el intercambio de opiniones y vivencias no tiene precio, por mucho que la gente se empeñe en preferir las seudoconversaciones intrascendentes y repetitivas de un nightbar.

Ejercer de encargado de merchandising y de portero ocasional fue un placer. Igual que tener la ocasión de saludar a los artistas (los de ayer, y los de hace años) y he tardado 6meses en romper mi promesa de no invertir en arte físico. La ocasión mereció que gastará 25 eurillos en dos buenos cd´s.

Ahora toca evocar y descansar un poco. Me bañaría si la playa no estuviera petada de domingueros. Así que voy a piponear en la cocina, a ver que se me ocurre...

Salu2

y nos vemos mañana.

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