Poema relativo...

La lluvia y el frío pueden fascinarnos. O puede que el año nuevo nos sirva de inspiración a los que nos ilusionamos con minucias llovidas; ¡maldita fascinación!

La vida sigue su curso... intensivo;

Mi tiempo no pasa,
sólo cambia de textura.
Hoy las ideas más firmes
pueden fluír liquidamente
por las bocas de otros

y puede que tu escritura
eclipse la luna nueva
de la simpleza generalizada.
Podría acurrucarme
y hacerme el muerto.

Podría crucificar al viento
en un amén estornudado
o suspender la misión
que pretende la autodestrucción
de todas  mis virtudes.

Si algo desaparece
es porque está a punto
de surgir otro algo
más estimulante
y emocionante (al principio)

Cuando te canses
de hacerte el duro
puede que sea tarde.
y mis vocales se hayan desnudado
en otra boca más dulce.

Este punto final
es un principio.
Abreviemos las suturas,
añadamos colorantes,
aligeremos equipajes

y dejemos que la vida
siga su curso intensivo
guiado por el primer trazo
de un logaritmo neperiano
que parte de la sutilidad enfermiza

que pluraliza o somete
a quien harto de caricias
opta por la sutil aclamación
de la insensata viceversa
del pretexto manido.

Caeremos desmayados...
nos recogerán por cortesía
coincidiremos en sentido
pero no en dirección.
La vida sigue su curso... intensivo.

Y puede que mañana,
ni tú, ni yo, sigamos vivos;
Pero a los demás
les merecerá la pena
habernos conocido.




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