Sigo impactado con "The Black Power Mixtape 1967-1975" que vi en el "dock of the bay" de Donosti el sábado pasado; Supongo que si fuera una mujer negra mi perspectiva de este pedazo de documental tendría más sentido y repercusión, pero como no tengo la suerte de ser Ángela Davis y en estos tiempos de supuestas igualdades y de precariedad nuestras luchas se basan, básicamente, en el bienestar derivado de tener más dinero, no viene mal echar la vista atrás y darse cuenta de que hubo un día en el que la lucha tuvo sentido. Lo peor, como siempre, es que una vez conseguido el objetivo, éste degeneró hasta el punto de dar asco. Y es que no hay mayor estupidez que olvidarse de las cosas que te han traído hasta aquí y adoptar la petulancia de todo aquello que otrora criticabas fervientemente y, al final, acaba formando parte de lo que estás a punto de ser.
El cambio, siempre es positivo, según dicen. Pero observar la evolución de nuestras exigencias hace que me pregunte como un luchador puede acabar formando parte de lo que, al principio, criticaba con tanto ímpetu. Al final, ha resultado que da igual que seas blanco o negro, hombre o mujer... estamos condenados a la corrupción material y mental que el dinero y el poder provocan. Por desgracia conozco a poca gente inmune a ese efecto tan odioso que perturba hasta el punto de que reniegues de solidaridades necesarias y no antepongas el bienestar de todos al tuyo propio, que es, se supone, el fin real de gobernar justamente.
Pero pasamos del victimismo al egoísmo con la misma facilidad con la vendemos nuestra alma por cuatro duros. Seguramente Malcom X, Stokely Carmichael y Luther King estarían decepcionados con el presidente negro de EEUU, es posible que si el Ché resucitara centrara sus esfuerzos en derrocar el castrismo y si la pasionaria o Evita Perón levantaran la cabeza la bajaran, de nuevo, al ver que la ilusión por demostrar la preparación y todas las bondades de la mujer, ha derivado en una burda imitación del desatino histórico de los gobernantes del pasado.
No sé, creo que sólo me ilusiona la culturización global, que es, en definitiva, lo único que puede llevarnos a concrluír que incluso la realidad necesita ser transformada, porque el único poder de verdad, es el que nuestro apetito revolucionario puede generar. Todo depende de las ganas de evolucionar que tengamos (que visto lo visto no son muchas) y la fuerza que tengamos para enfrentarnos a los que nos ponen trabas en ese propósito. El día que no todo tenga un precio material y que el bienestar sea una aspiración posible por la que muchos estemos dispuestos a esforzarnos: las cosas cambiarán. Mientras tanto, sólo nos queda creer en el prógimo, dando por sentado que sin unión nunca seremos, ni tendremos, nada. Al fin y al cabo, ni EEUU, ni los bipartidismos, ni los mecanismos establecidos, ni los engaños (tan extendidos) tienen la capacidad de acallar a las masas conscientes de lo que quieren. Y no estaría mal que nos diéramos cuenta que no sólo tenemos que conjurarnos contra la injusticia cuando nos falta pan.
Sólo aspiro a un mundo mejor, en el que el respeto a lo que me rodea sea la base de los mañanas que nos queden por degustar. Sólo me gustaría que ese pensamiento tan básico, se generalizara y que nunca más tuvieramos que usar palabras como injusticia, insatisfacción, innecesario, masacre... Pero por desgracia, me da que a este mundo y a sus habitantes les falta un pelín de flexibilidad (bien entendida);
Al fin y al cabo, lo bueno de enamorarse de la vida, es que ella siempre te acaba correspondiendo.
Salu2
y nos vemos mañana.







Creo que, aunque a veces te pasas de la raya, tienes un blogg extraordinario.
ResponderEliminarCésar.
Yo me apunto a tu mundo mejor
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