Indignez vous;

"Los jóvenes y los "viejos" tenemos una cosa en común: No tenemos nada que perder; unos porque han vivido lo suficiente para tener miedo a estas alturas y otros porque han vivido tan poco que desconocen lo que realmente da miedo de verdad".

Stephane Hessel, gurú de los revolucionarios franceses, visita nuestro país. Posiblemente a much@s no os diga nada ese nombre, pero es un "fomentador" insistente de la indignación, especializado en  promulgar la crítica a todo lo que ha conducido al mundo a esta crisis galopante que pagamos los de siempre.

Su experiencia es indudable y, la verdad, dan ganas de ir a una librería a comprar su libro/panfleto (Indignez vous) para leer como un exguerrillero de la segunda guerra mundial, preso de los campos de concentración nazis, que participó en la redacción de los derechos humanos, diplomático por naturaleza y cívico por convicción, aconseja a los parásitos de la "sopa boba" sublevarse y hacer del inconformismo (crítico) un modo de vida.

Supongo que se ha dado cuenta que esos derechos que redactó  requieren unas obligaciones que las nuevas generaciones no consideramos tan evidentes. Quizá porque nos hemos acostumbrado mal, o tal vez porque nos lo han dado casi todo hecho, o puede, incluso, que seamos tan vagos (o más) como los más pesimistas, los políticos o los sabelotodos jubilados nos consideran. Quien sabe... es evidente que, siendo autocrítico, tienen razón. Pero hay que ser optimistas, tomar las riendas de nuestro futuro y aunque el egoísmo al que nos han acostumbrado no desaparece de un día para otro y la comodidad ,que nos han brindado, hace que ahora cueste más movilizar a esos vagos sin ilusión que han aprendido a justificar con pesimismo todo lo que les sale mal, ha llegado la hora de autoestimularnos y creer en que nosotros, realmente, podemos cambiar las cosas.

Hessel confía en éllo. Por eso es directo y sincero; y aprovecha su experiencia para aconsejarnos, para denunciar las injusticias y para buscar compromiso en todos los que, por desgracia, nos hemos acostumbrado a la paranoia del miedo y a la amnesia que nos provocan los medios de comunicación y hemos olvidado que la concordia y nuestra condición de seres humanos pueden llevarnos a cambiar el "todos contra todos", que está tan de moda, por un TODOS a secas, que nos conduzca a recuperar el interés por un futuro que ahora, apenas nos ilusiona.

La peor actitud es la indiferencia. Porque nos frustra, y decepcionados nos vemos abocados al fracaso del individualismo. Y sin rebeldía, sin afán de revancha, no somos más que consumistas insatisfechos y desmotivados incapaces de reivindicar nada, porque nada se puede exigir desde la desesperanza.

Si un hombre de 93 años es capaz de ilusionarse y de confiar en las nuevas generaciones ¿por qué no nosotros que aún estamos a tiempo de cambiar las cosas? ¿tan bien vivimos? ¿tan poco nos valoramos?

Debemos quitarnos el miedo al fracaso. Eliminar el complejo de inferioridad que tan fácil se ha extendido, acabar con la crispación y la sinrazón  y, sobre todo, resistirnos a la derrota impuesta que acaba con nuestro compromiso con la sociedad. Como dice Hessel: no podemos aceptar lo inaceptable. Si dejamos de creer, si no lo intentamos, al menos, pasaremos a la historia como una generación derrotada y yo, personalmente, no quiero que me recuerden así.

¿vosotros sí?

En días como estos me gusta escuchar a Bob Dylan o a Silvio Rodríguez. Supongo que cada uno interpreta a su manera "el unicornio azul".

Salu2

Y nos vemos mañana;

2 comentarios:

  1. Las minorías deben tener voz. S.Hessel sólo dice lo que muchos pensamos.

    León.

    ResponderEliminar