El día podría ser mejor...

A veces, sentir nostalgia es una buena manera de estimular el presente. Supongo que es complicado hacer equilibrismo en esa fina línea que separa el recuerdo del "echar de menos", y la exageración de bondades habitual, de lo que otrora era un infierno, no ayuda. Pero por mucho que nos empeñemos en quemar lo vivido, hay cenizas que requieren un vendaval, cercano al huracán, para que las páginas vayan pasando y las piezas del futuro que pretendemos dibujar encajen más fácilmente.

Yo no soy arquitecto, pero de pequeño me gustaba jugar con el Tente y hacer de la unión de piezas una evolución racional de la imaginación que perdemos por el camino. ¿Quién no se ha creído ser un rey (no de los que cazan elefantes en Bostwana) alguna vez? o un astronauta, o un presidente del Gobierno (bueno para el pueblo), o una estrella del balón (con cerebro)... "Lástima", que con los años, la realidad nos haya vuelto republicanos, nos escandalice lo que la NASA se gasta en cohetes, nos den vergüenza ajena Rajoy, Merkel, Sarkozy, Obama, Kirschner... y nos canse demasiado correr, para nada, detrás de una pelotita.

Intuyo, que a vosotr@s también os pasa que el mundo que imaginabais era mil veces mejor que el que pisamos ahora. Y lo malo, no es que lo aceptemos, sino que no hagamos nada por cambiarlo, que nos conformemos, como si Islandia no existiera, como si el Mayo del 68 quedara lejos, como si nadie se hubiera parado a pensar en las similitudes que el Gobierno actual tiene con el franquista... o como si no nos enervara, a tod@s, ver a cuatro caraculos  jugando despreocupadamente al golf o dejando que sus niños de 13 años se peguen un tiro en el pie, o farden con un cochazo de la hostia o un chalé de no sé cuantos millones, mientras la mayoría se muere de hambre.

Creo que mi cerebro imaginaba un mundo más justo, quizá por éso decía lo del equilibrio que nos puede dar la nostalgia, porque recordando el idealismo pasado, puede que  recuperemos la moral y las ganas que necesitamos para ser más felices hoy.

Así que, aunque los periódicos y los políticos se empeñen en decir lo contrario:

Salu2

y nos vemos...