love is in the air...

Hoy toca hablar de amor;
Para empezar un poema de la visión que yo tengo de ese sentimiento que nos convienrte en dependientes, para bien y para mal:

El vuelo de los ángeles.
Realidad transgredida.
Un ideal fantasioso
vulnera mi espacio
y emulando
el vuelo de los ángeles,
me transforma
en siervo
de su todo.
Frenesí incontrolable...
la delicadeza
gana transcendencia.
Si el mundo se pliega,
muero aplastado
por su estela
de Diosa
recién coronada.
Oscuro destino
marcado en hojas
que el tiempo quema
impulsivamente,
dejando a las claras,
que un segundo
es suficiente
para cambiarlo todo.
El insomnio se proyecta
en la profundidad
del descanso
que nunca llega.
La idoneidad
vulnera mi espacio aéreo
ignorando al controlador
de mi miedo escénico.
Y emprendo el vuelo
ignorando el destino final.
Emprendo el vuelo
apegado al desconocimiento,
sin saber lo que me espera,
arriesgándolo todo
con una seguridad
extrañamente reconfortable.
Como os decía el otro día: el amor es una esclavitud deseada. Y es irónico, porque en este mundo lleno de egoístas la gente sigue creyendo en príncipes azules, señales del destino, flechas de Cupido... pero la belleza es un don reservado a los ojos que quieren apreciarla. Si fuéramos lógicos y consecuentes con nuestro egoísmo, jamás nos enamoraríamos, o lo haríamos una vez y lo aguantaríamos hasta que el primer desencanto desvirtuara la incompatibilidad que el tiempo siempre acaba sacando a la luz.
Los que se atreven a amar, lo hacen por despecho, porque se sienten vulnerables, porque tienen miedo a la soledad, o porque ya no se sienten integrados en la parte de la sociedad que los ha educado. Y ahí viene el primer error: Una cosa es estar predispuesto y otra estar necesitado. Y para amar es importante sentirte independiente, ser autocrítico, valorar lo que realmente quieres encontrar y buscarlo.
Much@s lo enfocan mal, y siendo currantes de medio pelo, medio feos y de conversación escasa... buscan un top model, licenciado en filosofía y con la cuenta llena de ceros; ERROR; no estás a la altura, y lo único que vas a encontrar es infelicidad; quizá un polvo circunstancial muy placentero, fardar ante tus amig@s, una sumisión gratuita seguida del dolor inquebrantable de tu ego y sufrimiento; Impotencia que te llevará a los brazos de un iluso al que harás infeliz, contagiándole la amargura que a ti te provoca no tener lo que realmente quieres. Y ahí empezó el problema. Cuando alguno confundió el amor con un calentón ocasional o una forma de no sentirse sol@, sin más.
Para amar hay que lograr convencer a las 3 partes amatorias de nuestro organismo.
La primera que se enamora es la entrepierna (que aunque algun@s le otorguen el poder de decidir, es una brújula que marcaría como norte a cualquiera que se te acercara con gracia a menos de 10centímetros). La química es un buen comienzo; es la que hace que tu organismo tenga sensaciones que crees no haber tenido antes... pero sí, las tuviste cada vez que te echaste un polvo;
La segunda parte es convencer al corazón; una vez resuelto el calentón las emociones toman la palabra. Los pálpitos acelerados interconectan la intuición, con tus deseos primarios... y en un momento de mirada perdida o de silencio incómodo decidimos si lo que hemos hecho era un impulso de la entrepierna, sin más, o queremos una continuidad: yo los identifico con el sentimiento que uno tiene cuando besa por primera vez. El corazón se encarga de guardar en su particular memoria la sensación que te despertó, y la recrea si ve conveniente que la persona que tienes delante forme parte de tu agenda.
Si pretendes amar o ser amado, más vale que cuides las emociones. Yo no creo en las teorías de que la pasión tiene una duración determinada; o sí, duran exactamente el tiempo que tú crees conveniente. El corazón es el que enciende la luz roja de la monotonía, el que pide su dosis diaria de atención, el fabricante de celos, el que te pone a prueba cuando alguien te adula... si no le contentas, te lo paga con indiferencia, y una vez llegado a ese punto, no hay regalo que valga.
Y para acabar de enamorarte... hay que convencer a la cabeza. La mente es capaz de procesar millones de pensamientos a lo largo del día. Es el etiquetador por excelencia. El catalogador de gustos, preferencias... el que hace una lista de pros y los contras de forma automática, en definitiva, el que , al final, siempre tiene razón.
A veces se deja llevar, y se oculta tras esas sensaciones del principio que tanto nos gusta tener a todos. Quizá sea, sólamente, una manera de tomarse su tiempo y dejar, de paso, disfrutar a los sentidos. Pero cuando la novedad pasa a mejor vida, toma la palabra, pone a prueba y decide si seguir o no adelante.
Al 100% nunca va a estar convencida, porque lo bueno, o lo malo que tiene, es que jamás deja de lado lo negativo, las malas experiencias pasadas, la valoración del resto de la gente que te rodea... pero si te da su visto bueno, ya sólo tienes que dejarte llevar. Aprender de lo que tienes delante, buscar el equilibrio entre cabeza, corazón y entrepierna y hablar, conocer todo lo que puedas y más de la persona que has decidido amar, para encontrar la felicidad en la reciprocidad del brazo que acabas de decidir dar a torcer. En definitiva hacer del desconocimiento una aventura que dure el resto de tu vida, y más.
Si tienes claro que tus sentimientos son correspondidos debes arriesgarte y redefinir tu concepto de perfección; saber encontrar en sus defectos el placer, percibir cada detalle que conforma su anatomía como el complemento ideal de tus deseos, educar a tus sentidos, preferir su olor, su sabor, el tono de su voz... por encima de todo lo que antes habías querido creer.
Y sereis felices, y no importará la crisis, ni las arrugas que vayan saliendoos, ni la soledad que ya no sentireis, ni lo que piensen o digan los demás... y hasta una cena en el mc donadls o un domingo de pijamas en casa te parecerá romántico.
Qué ¿por qué escribo ésto? Por que ayer me toco ver la parte oscura de los enamoramientos fallidos: Hable con mi ex, vi como un exromántico cambiaba las rosas por mensajes duros a la que, por un tiempo, creyó mujer de su vida, lo mismo que una divorciada ponía verde a su ex, y la tele, y la radio, y la violencia de género...
Pero sigo creyendo y siendo positivo. Yo no tengo mucha experiencia. He amado a tres mujeres; las he querido con todo mi alma. 2 de ellas acabaron haciéndome mucho daño. Pero todo ese dolor es una minucia comparado con las cosas buenas que me hicieron sentir. Yo creí que eran las mujeres de mi vida, lo fueron, desgraciadamente, sólo para mí. Por eso, no puedo echarles nada en cara, ni insultarlas... más bien, todo lo contrario. Y sí, estoy vulnerable, despechado, el enfado se me ha pasado... y supongo que pronto estaré preparado para seguir las instrucciones que yo mismo me autoimpongo. Más que nada, porque tengo la conciencia tranquila y eso es muy bueno para el ego; y eso, me sobra, tanto que lo comparto con l@s que considero conveniente.
PD. Se admiten críticas... porque en esto sí que hay versiones de todo tipo.
Y como no podía ser de otra manera, y aprovechando que es viernes y, como yo, necesitareis animaros para el resto del fin de semana; mi recomendación de hoy es : Love is in the air de John Paul Young. No sé porque, pero el increscento del tema, siempre me ha animado, ¿será que la letra es verdad?
Salu2
y mañana nos vemos.

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