Si no fuera original hablaría de la esclavitud a la que, con sus minijobs y sus congelaciones de sueldos mínimos, nos quiere someter el PP. Si estuviera vago me limitaría a empezar a hacer balance de todo lo acaecido en 2011... pero con tanta "desgracia" noticiada, prefiero tomar la postura del noticias de Gipuzkoa, haciendo caso a Henry Van Dyke cuando afirmó que: "La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos", cagarme en el pesimismo, otra vez.
Es la suerte que nos han destinado a los que tenemos un corazón relativamente grande y un espacio suficiente en nuestro interior para repartir, a partes iguales, entre el alma, la conciencia y la preocupación por los demás. Podemos parecer frágiles por fuera, pero estamos llenos de fuerza y esperanza por dentro. De hecho nos sobra coherencia para aspirar sólo a aquello que nos provoca circunstancialmente un atisbo de, perpetuamente, pasajera felicidad.
Mientras haya barricas con cerveza seremos felices. Mientras haya resquicios de amistad subyacente tendremos esperanza y mientras nos queden buenos momentos que compartir, retorceremos nuestras boquitas para sacar una mueca, lo más parecida posible a una sonrisa real. Por suerte, sigue sin costar nada abrazar, no nos cortan la lengua por hablar y si callamos, un instante, podemos escuchar esa melodía proveniente del futuro que simbiotiza un baile descordinado entre nuestras ilusiones y la esperpéntica tragedia que guionizan los agoreros encorbatados.
Que se metan el pesimismo por el culo (si les entra). Yo prefiero cerciorarme viviendo esa agonía que nos "prometen" con, como cantaba Mery Poppins, un poco de azúcar. Al fin y al cabo, si algo nos sobra es VALENTÍA.
Disculpad mi osadía...
Salu2
y nos vemos mañana.







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