Normalidad.

Cuesta retomar la normalidad tras tres días con los locos bajitos. Imaginad un sueño que se vuelve accesible o que parte de vuestras necesidades entran, de repente, en vuestro saco de utopías realizadas. Pues éso, para mí, es lo que significa la desconexión y la recarga de energía que me supone visitar a ese Belén furgonetero que, encima, se va multiplicando cada día.

El principio de este post se perdió entre las sábanas de mi cama circunstancial, y venía a decir que no hay mejor cuento de hadas que el que narramos desde la vida real. Ninguna varita mágica tiene la posibilidad de mejorar lo que las sensaciones que me despiertan mis estancias en Alicante me provocan, no hay hada ni príncipe azul comparable a las pequeñas grandes personas que allí me encuentro y, la verdad, siendo sincero, me encantaría estar más cerca de ellos para sentir ese calor, similar al que derrama el sol, más a menudo.

De hecho me he planteado la posibilidad de acabar con este blogg. Porque ni me siento incomprendido, ni me hace falta soñar, ni me gusta el fondo oscuro del punto de partida de estas reflexiones que ahora tienen un aura tan positiva. No sé... el desahogador de penas se ha transformado en un desagüe, o quizá es que no necesito más jabón para limpiar mi alma, mis entrañas huelen a vida desde hace meses y no me quedan cosas que idealizar ahora que los defectos se han transformado en virtudes mal apreciadas y el trino de los pájaros se ha convertido en parte de la BSO de mi vida.

Siempre he sido un romántico empedernido, pero vivir a dos metros del suelo, a pesar de las carencias que todos tenemos, es un placer desmedido. Tanto que me pregunto si la realidad se me ha adelantado y ha descrito con hechos lo que las palabras siempre han sido incapaces de traducir. Como no ser conformista ahora que todo lo bueno parece haberse enredado en mis manazas. Supongo que mi recién adquirida credulidad influye y que respirar aires provenientes de paraísos de positivismo me hacen creer que me pertenecen los espasmos, o que soy capaz de resolver, a base de generar sonrisas, todas las crisis generalizadas.

No es prepotencia, sino seguridad. Y ojalá me dure mucho.


Indispensable!!!
Salu2

y nos vemos mañana.

1 comentarios:

  1. Nos alegra tu felicidad, pero no es motivo para que dejes de escribir estas dulces y adictivas líneas diarias

    Leo y Marta

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