Frío y vino;

Hacía mucho que uno de mis escritos no creaba tantas suspicacias, críticas y malentendidos. Debe ser que con la felicidad estoy perdiendo práctica y me explico peor de lo que me gustaría. Es lo que tiene hablar tanto: las moscas entran en mi boca y se acumulan las posibilidades de meter la pata. Que le vamos a hacer, tendré que volver a apelar a mi condición de humano para justificar mis errores... y simplemente diré que hace tiempo dije que nunca más hablaría de mis sentimientos en este blogg y lo sigo manteniendo. Pero por alusiones diré,  simplemente, que aunque soy feliz no estoy enamorado (lo que no quiere decir que no me gustaría estarlo) y que reconozco que estuve espeso, todos nos ponemos pesados cuando nos sentimos sensibles (que se lo digan a los cantantes melódicos italianos, ja ja).

Cada cual sabrá leer entrelineas o interpretar las cosas a su manera. Yo no busco disputas, más bien todo lo contrario. La actitud que uno tiene ante la vida es el sustento que nos queda para elaborar futuros que merezcan la pena. Y esconderse del frío y de la lluvia está bien, desintoxicarse también... pero , a lo mejor, cuando la primavera florezca los que hemos sufrido el invierno perdemos el olfato o preferimos a l@s que nos acompañaron en los tiempos de frío y vino.



Salu2

y nos vemos mañana.

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