Evasión

Hasta para estar triste hay que tener estilo... no es el caso, porque el simple hecho de pensar que el paso de las horas me acerca a Alicante me pone feliz. Ya oígo el La laralalalala de Vetusta en mi cabeza y si bajo la guardia tengo el ritmo de Varry Brava o las letras de Maga incrustándose en mi cabeza... así que supongo que estoy anestesiado ante la nueva subida del paro, la última cagada en el convento de Sinde, el sorteo de la Eurocopa y las crónicas de sucesos.

Será éso que llaman evasión. Aunque ser trascendental no es apto para los tiempos que corren, así que disfrutaremos el puente con paellas fetén, cervezas, los primeros soplos de frío invernal y unas cuantas caricias en el hueso de la risa.

Los instantes no se repiten, por éso hay que aprovecharlos. Nadie, más que nosotros, nos librará de los supuestos liberadores. Por éso aunque el seguro disfrute te cueste un millón de horas de autobus, siempre hay tiempo para leer, escuchar, dialogar, conocer o simular que duermes a pierna encogida esperando que los péndulos corran. A ver si inventan pronto el teletransporte y en un chas aparecemos donde nos apetezca...


Y líbranos de mal...

Salu2

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